Esta semana en Durango, una señora apodada como #LadyComeGratis fue expuesta en las redes sociales al mostrar un video en el que ella se negaba a pagar una cuenta de $2,800.00 pesos "porque uno de sus platillos estaba crudo". 17 comensales (y ella) se quisieron salir con la suya al evadir su cuenta de consumo bajo este hecho que más bien suena a pretexto y a gente gorrona.

“El negocio hostelero tiene que entender de una vez por todas que el viejo precepto que marcaba la vida de los restaurantes -“el cliente siempre tiene la razón “-, no solo era falso -el cliente no siempre tiene razón- sino que ha alimentado la prepotencia, la mala educación y hasta la tiranía del comensal.
-Ignacio Medina, consultor y crítico gastronómico 


¿Cómo pudo suceder esto si los platos están vacíos? crudo o no, no quedaron evidencias, si estuvo tan horrible la comida, ¿por qué se la terminaron?

Si tu plato está crudo o sobrecocido, esto es lo que puedes hacer

Si alguna vez en un restaurante, el término de tu corte de carne o de tu pescado no está como tú lo pediste, lo mejor es avisarle de inmediato al capitán de meseros que revise el plato que acaba de salir de cocina. Lo más seguro es que lo reemplacen y regresen  con el término de cocción que le pediste al mesero. Lo que no se vale es comerlo con defecto y después argumentar que había algo malo en la comida.

Al llegar a un restaurante fíjate en los siguientes detalles, esto es lo que puedes exigir:

1. Respeto a la reservación. Si llamaste o usaste alguna aplicación para guardar tu lugar a cierta hora, es inamovible. Si llegas a la hora acordada no debes esperar un turno de mesa.

2.- Que tus platos y vasos estén limpios, sin rastros de comida anterior o huellas digitales. Si ves algún tipo de suciedad, notifícalo al mesero.

3.- Cuando llegue el servicio, revisa que los platos vengan calientes, es una regla para todo lo que salga de las áreas de cocina caliente y sopas.

4.- Si pediste vino, asegúrate que la copa no tenga olores de humedad o de trapo sucio. Aquí el sommelier o mesero por protocolo, servirán un poco del vino en tu copa para que asientes, y a continuación lo sirva a todos los presentes en la mesa. Con el primer sorbo puedes notificar si tiene algún sabor de corcho o tiene algún defecto.

5.- ¿Hay una mosca en tu sopa? A veces a la comida cae un cabello, una fibra de la esponja con la que se lavan los trastes o algún elemento extraño. Puede pasar, los cocineros son humanos y nadie está excento del error, no debería pasar debido a todos los protocolos de higiene que hay en una cocina y el uso de redes para el cabello, pero aún así hay una baja probabilidad de que suceda. Notifícalo de manera amable y seguro lo cambiarán, el crítico gastronómico Ignacio Medina, nos cuenta que en este caso, están obligados a hacerlo, no hay opción para ellos.

6.- Si crees que se pasaron de sal en alguna preparación también se vale decir para que lo reemplacen. Puede ocurrir en sopas y salsas porque pasan mucho tiempo en la estufa, y esto hace que la sal se condense.

7.- ¿No es lo que pediste? Aquí si aplica el que paga manda, puede que el mesero se haya equivocado de mesa o de plano, tuvo una distracción. Se vale que lo cambies por lo que realmente le pediste.

Para enmendar el error, los restaurantes dan de cortesía un postre o bien, no cobrar ese plato que salió mal de la cuenta final, pero jamás la cuenta será gratis.

Que no te den gato por liebre

El chef Juantxo Sánchez, Director Gastronomico en Mundo Imperial, nos aconseja verificar "a ojo de buen cubero" el peso de la proteína que por ley, debe especificarse, que las guarniciones sean las que se describe en el menú. También ser un experto ayuda, es la única forma en poder distinguir entre una langosta de Baja California y una de Guerrero en donde la primera tiene un valor de $800.00 pesos y la segunda de $240.00 pesos; así como el huachinango que muchas veces reemplazan con pargo, un pescado de menor costo.

¿Y si las cosas salieron bien durante tu comida?

Felicita al cocinero o al chef, es lo mejor que ellos pueden escuchar en su día, saber de sus comensales que su larga jornada de trabajo ha valido la pena. Eso y dejar propina, ya que también es un indicador de gratitud no solo a los meseros, sino a la cocina entera.

Para finalizar, el chef Pablo San Román, propietario de Ekilore y Puntal del Norte, nos dice: "Si al sentarse a la mesa, sienten que no están de acuerdo con la opción de carta, los precios o algún detalle del lugar, es preferible abandonar el sitio y buscar otra opción. Salir a comer a cualquier establecimiento tiene que ser un ejercicio de disfrute".

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