Emotiva misa con obispos y arzobispos de diferentes partes del país, entre ellos el cardenal Norberto Rivera, se llevó a cabo este viernes en la Catedral Metropolitana, para cerrar así la exequias en honor al arzobispo emérito de San Luis Potosí, Arturo Antonio Szymanski Ramírez, en un acto que encabezó el religioso Jesús Carlos Cabrero Romero.
Asistieron a esta celebración el gobernador del estado Juan Manuel Carreras López, su esposa Lorena Valle y el alcalde de la capital Juan Carlos Torres Cedillo.
En la concelebración se dio lectura al mensaje de condolencias que el Papa Francisco envió desde el Vaticano para externar su solidaridad a la iglesia católica en México y de San Luis Potosí.
Cabrero Romero agradeció la solidaria presencia de laicos, obispos y sacerdotes y dijo que Szymanski Ramírez, pasó buena parte de su vida orando en favor de la feligresía y postrado para pedir por todos. Dijo que era una persona que sabía iluminar con su palabra y tenía oídos atentos y un corazón comprensivo, además de que siempre contaba con una palabra de aliento.
Agregó que el arzobispo es un ejemplo de que a los 96 años se puede seguir sirviendo a los demás, y que las personas que son ancianos son una parte muy importante en la sociedad, ya que ellos están llenos de sabiduría verdadera y amasados por las pruebas que han encontrado a lo largo de su vida.
Al término de la misa, el cuerpo del arzobispo fue despedido y llevado a reposar en el mismo recinto, en medio de aplausos de cientos de fieles católicos que abarrotaron la Catedral.
Mensaje del Papa Francisco dirigido a Monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero arzobispo de San Luis Potosí.
Ante la triste noticia del fallecimiento de Monseñor Arturo Antonio Szymanski Ramírez, arzobispo emérito de esa arquidiócesis, el santo padre expresa a sus familiares y a los fieles diocesanos de San Andrés Tuxtla de Tampico y de San Luis Potosí donde ejerció su ministerio episcopal, su sentido pésame. A la vez que ofrece sufragios por el eterno descanso y del difunto prelado que tuvo la dicha de participar en la sesiones del concilio Vaticano II. Asimismo les otorga con afecto la confortadora bendición apostólica como signo de esperanza en el Señor resucitado.
La carta está signada por el cardenal Pietro Parolin, quien es secretario de Estado de su Santidad.
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apl