La titular de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (SEGAM) Yvette Salazar Torres recordó que el principal problema de calidad del aire en la zona conurbada de la ciudad de San Luis Potosí son las ladrilleras, desafortunadamente no se ha podido concretar un plan para reubicarlos o que cambien a tecnologías más ecológicas puesto que resultan muy caras.
Salazar Torres detalló que a la fecha son al menos 125 ladrilleras ubicadas principalmente en el norte de la mancha urbana “hicimos un estudio con el Colsan, con las familias ladrilleras, en donde refieren que es su principal fuente de empleo y que los empresarios inmobiliarios los han estado presionando para adquirir sus terrenos en donde cuentan con sus talleres artesanales”.
Se han planteado varias soluciones al problema, anteriormente había alrededor de 170 ladrilleras y han ido disminuyendo, esto principalmente debido a que las nuevas generaciones, es decir los hijos de los ladrilleros en años recientes han preferido dedicarse a otras actividades y dejar de lado esta labor tradicional aunque sumamente contaminante.
Salazar Torres refirió que hace dos administraciones estatales, es decir hace 12 años se propuso la creación de un “Parque ladrillero” para reubicar a todos los ladrilleros de la zona, a un solo predio ubicado en Mexquitic de Carmona, el hecho es que el predio ni siquiera tiene el cambio de uso de sueldo y el ayuntamiento no pretende otorgarlo puesto que mencionan que no quieren “comprar” un problema con los campesinos de la zona, ya que pudieran ser afectados por la contaminación de los ladrilleros.
Por otro lado, el predio está en las cercanías también del aeropuerto internacional “Ponciano Arriaga” y si se toma en cuenta la concentración de humo que habrá por haber juntado en un mismo espacio a todos los ladrilleros, representaría una dificultad para las operaciones para la terminal aérea, por lo que por este lado también es inviable.
Finalmente refirió que hay otras posibilidades que han propuesto académicos y universidades como es el cambio de combustible o los llamados “ladrillos ecológicos”, sin embargo, este tipo de acciones resultan muy onerosas para los ladrilleros, pues el costo de inversión para el cambio de tecnología varía entre los 400 mil pesos hasta el 1.7 millones de pesos por productor, lo que forzosamente los obligaría a aumentar el precio de los ladrillos y perderían competitividad en el mejor de los casos, y en el peor se daría una escalada de precios en todo el sector inmobiliario y de la construcción.
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apl