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Aunque la instalación de botones de pánico, altamente exigidos por la comunidad estudiantil universitaria, fue un logro encaminado a ayudar ante el riesgo que corren las y los jóvenes, así como los ciudadanos en general, el resultado ha sido poco manifiesto, de acuerdo a algunas de las opiniones recopiladas por mujeres estudiantes.
Y es que a decir de las universitarias ha habido algo de descontrol en su implementación, pues ni las autoridades municipales, universitarias o la propia federación estudiantil han sido certeros en su difusión para hablar sobre las ventajas que ofrece este sistema, reforzado a raíz de los reclamos que las y los jóvenes han realizado para presionar en la ejecución de una serie de medidas adicionales para garantizar la seguridad de las personas.
Ingrid de la Cruz, estudiante de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), refiere que esta infraestructura podría ser útil en principio, pero es preciso que se tenga mayor número de dispositivos no solo afuera de los recintos de la UASLP, sino en buena parte de la zona metropolitana.
“Lamentablemente no se había informado a toda la comunidad estudiantil de estos botones, me enteré, pero no por los que están aquí, sino que cuando salgo de aquí, voy a realizar mi servicio por zona universitaria (…) pusieron uno afuera del Parque Morales.
Lamentablemente si te tratan de secuestrar, en el momento en que corres, ni llegas al botón y el tiempo para enviar la señal y llega la ayuda, pues puede ser complicado...es una medida hasta cierto punto factible (…) mínimo se logró algo pero hay carencias”, agregó.
A finales del mes de septiembre la Federación Universitaria Potosina (FUP) manifestó que de acuerdo a la respuesta de la autoridad serían instalados 15 de estos botones que abarcan puntos aledaños al Parque de Morales, otro tantos en la zona universitaria oriente, al igual en la zona centro frente a una recaudadora de la Secretaría de Finanzas y cercana a las facultades de Contaduría y Administración y Derecho, entre otros más.
“Pienso que sí va a funcionar, pero deberían estar colocados en lugares más estratégicos y más cercanos, que no haya tanta distancia entre uno y otro (...) puede ser que ayude a reducir riesgos, pero nos daría más confianza que se ataque el problema de raíz, pero bueno sería momentáneo y hay que adaptarse al cambio”, dijo Nancy Cisneros, estudiante de la Facultad de Contaduría y Administración.
Será cuestión de que transcurra el tiempo para evaluar los alcances y la efectividad de estos dispositivos, mientras tanto habrá que esperar a que la infraestructura crezca en base al compromiso que las autoridades han establecido para apoyar el reclamo de una mayor seguridad ante los casos de acoso, asalto y de supuesto abuso sexual de los cuales han sido objeto algunas estudiantes.
sergio.marin@clabsa.com.mx