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El dolor y el cansancio no fue impedimento para que cientos de fieles devotos a la Virgen de Guadalupe acudieran en peregrinaje de rodillas hasta los pies del altar donde se encuentra justo en la Basílica de Guadalupe, algunos derramando lágrimas de emoción más que de dolor para postrarse y agradecer por las bendiciones tras haber alcanzado la salud o resolver un problema importante gracias a su intercesión.
“Es una manda que tengo hasta que ella me lo permita, lo hago por la salud de una de mis primas que estaba enferma del riñón, la operaron y por eso estoy aquí, son ya nueve años haciéndolo y es un trayecto doloroso, pero con devoción, y la Virgen representa para mí muchas cosas, porque ella fue madre como lo soy yo, pero a pesar del camino llegamos con todas las ganas y con mucha fe para ella”, dice Jessica Sánchez de 28 años de edad.
“Vengo de rodillas y es mi novena vez, vengo a darle gracias por mis bebés y para que cuide a toda mi familia, también por mi madre y sé que al igual que ella, me está cuidando, ella es la madre de todos los mexicanos y es un acto de fe que hacemos”, dice Ricardo Castro de 24 años.
Desde temprana hora durante los días martes 11 y miércoles 12 de diciembre, los fieles que hacen este largo peregrinar, parten desde la Caja del Agua y recorren hasta el templo, ya sea apoyados por sus familiares o sin un acolchonamiento sobre el suelo, por casi dos horas en algunos casos, pero impulsados por cumplir con su encomienda.
Lo mismo hacen aquellos fieles que rezan su rosario a la Virgen de Guadalupe y aquellos adultos que por años han mantenido esta tradición; buscan ser acompañados por los niños para que la devoción guadalupana trascienda y se mantenga entre las nuevas generaciones.
Los cuerpos de auxilio encabezados por la Cruz Roja Mexicana se aprestan a brindar la atención requerida sobre aquellos fieles que presentan problemas de salud a causa del sobreesfuerzo que les implica ir de rodillas.
El coordinador estatal de socorros de Cruz Roja Mexicana, Víctor Morales Méndez, informó que participan 390 voluntarios repartidos en 6 turnos apoyados con 4 ambulancias (2 fijas y 2 de sector), además de una unidad de rescate y un puesto de socorros con 10 camas.
Las atenciones que se brindan son por laceraciones, algunas caídas, dolores en diferentes partes del cuerpo y decaimiento general, e incluso desmayos a causa del esfuerzo, pero en términos generales no se presentan mayores complicaciones.
sergio.marin@clabsa.com.mx
apl
