La carretera 57 en dirección de la zona industrial rumbo al distribuidor Juárez se ha convertido en un “cuello de botella”, en horas pico la fila de vehículos llega hasta la altura del puente Gálvez, próximo a la plaza comercial Sendero, debido a las obras que se ejecutan a la altura del puente Colorines.

Durante los últimos días y en las horas pico se implementan de forma habitual los cierres a los accesos de la carretera 57, generando caos vial tanto en los puentes como en las laterales.

A través de redes sociales, los usuarios han manifestado la inconformidad por las afectaciones en el tiempo de desplazamiento, principalmente, piden que los trabajos se realicen en horas que existe menor flujo vehicular, ya que los traslados que normalmente se efectúan en tiempo aproximado de 15 minutos, en los últimos días llevan hasta tres cuartos de hora.

Por su parte, el presidente de la Unión de Usuarios de la Zona Industrial, Ricardo Pérez Castillo, subrayó que por ello es de suma importancia contar con un plan de movilidad integral a largo plazo, el cual contemple rutas alternas, pues al ser el principal acceso con cualquier obra o intervención, la movilidad se ve afectada.

Asimismo, dijo que se espera que una vez que concluyan los trabajos de los nuevos brazos del distribuidor Juárez, se registre una fluidez más efectiva, aunque mencionó que se mantienen a la expectativa de que las obras terminen en septiembre y no existan nuevos retrasos.

nancy.hernandez@clabsa.com.mx

apl

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