La zona Huasteca y el Altiplano potosino son los dos puntos de enganche y destino de víctimas de trata de personas en San Luis Potosí, de acuerdo al reporte de la organización Hispanics in Philanthropy.
En el estudio se destaca que los municipios de Huehuetlán, Tancanhuítz de Santos, Matlapa, Xilitla, Aquismón, Tanlajás, Tamazunchale, Tanquián de Escobedo, Tamasopo, Axtla de Terrazas, San Luis Potosí, Lagunillas, Santa Catarina, Villa de Arista y Matehuala son los principales puntos de enganche.
"En este estudio se identifica el fenómeno de trata de personas con fines de explotación sexual principalmente en dos zonas: en la Huasteca y el Altiplano.
La Huasteca es la zona de enganche y el Altiplano es considerada la zona de destino, pero no quiere decir que van y los engancharon en la Huasteca y los llevan al Altiplano, los enganchan en la Huasteca y terminan en Coahuila, Durango, Baja California y las personas de destino en la zona Altiplano son enganchados de Guerrero y Oaxaca", detalló Adelina Lobo, presidente de la asociación Ánimos Novandi S.C.
Las características de las víctimas son población migrante interna e internacional, mujeres adolescentes y adultas, mujeres y hombres indígenas, niñas y niños, adolescentes indígenas, hombres adultos y adolescentes y personas con discapacidad. Para fines de explotación sexual, explotación laboral, trabajo forzoso, servidumbre forzada, prostitución forzada, mendicidad forzada y delincuencia organizada.
"Una víctima de trata son niños, adolescentes, mujeres y hombres, pero principalmente detectamos a hombres por el fenómeno de explotación laboral, como trabajos forzados o trabajo esclavo en niños y niñas", señaló la presidenta.
De acuerdo al estudio, las víctimas enganchadas en San Luis Potosí son trasladadas a los estados de Nuevo León, Coahuila, Querétaro, Tamaulipas y Jalisco, además de Estados Unidos.
Mientras que en la entidad llegan personas de Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Coahuila, Hidalgo, Guanajuato, Veracruz Puebla y Chihuahua, así como de los países de Honduras, Guatemala y El Salvador.
"Tenemos que hacer entender a la persona afectada que está siendo víctima de este tipo de delito, tenemos que incentivarlos para que denuncien, sin embargo, una vez que se da la denuncia suele ser difícil el seguimiento.
El año pasado dimos seguimiento a un caso de trata con fines de explotación laboral, pero en algún momento no se apegaron a este proceso y la víctima regresó a su estado de origen, es muy complejo volver a localizar a la persona, por lo que tiene que existir sensibilización por parte de todos", manifestó Adelina Lobo.
A pesar de que se encontraron algunas organizaciones de la sociedad civil trabajando en el tema en cada estado, ninguna señaló tener una intervención directa y exclusiva a la atención a casos de trata de personas en cualquiera de sus finalidades, reiterando constantemente que cuando se presenta o se intuye de un caso intervienen en la medida de sus posibilidades.
La atención de las organizaciones se centra en grupos vulnerables como: población indígena, mujeres víctimas de violencia, personas desaparecidas, mujeres, adolescentes y jóvenes, así como población migrante interna e internacional.
La zona centro es una región muy dinámica en el tema de la trata de personas. Los tratantes han diversificado su modus operandi y han segregado su operación para hacerla más efectiva y menos visible en varios municipios y estados de la República.
Es preocupante lo que sucede en Hidalgo, Michoacán y el Estado de México, en donde no hay información o no se ha querido hablar del tema. Al no promoverse oportunidades laborales para los adultos y mucho menos para los jóvenes, la migración se ha convertido en una alternativa, al igual que el trabajo en la maquila y el trabajo de la pizca de productos del campo.
maria.hernandez@clabsa.com.mx