Desde la madrugada de este miércoles 28 de octubre, creyentes de San Judas Tadeo acudieron a festejarlo con flores, cuetes, imágenes y medallitas a la capilla ubicada en avenida Salk, en la capital de San Luis Potosí, para agradecer favores o milagros obtenidos.
Niños, adultos mayores, hombres y mujeres se dieron cita afuera de este recinto exclusivo para adorar a este santo y, al igual que en muchos lugares de la capital potosina, lo hicieron sin respetar las medidas de sana distancia estipuladas por la Secretaría de Salud estatal, tras el retroceso al semáforo naranja.
Foto: Xochiquetzal Rangel. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
Es decir, que pese a las condiciones de alto nivel de contagio por coronavirus, esto no fue impedimento para que devotos veneraran al “santo de las causas perdidas”.
La aglomeración, que en su mayoría no portaba cubrebocas, se observaba desde la lejanía debido a la obstrucción del carril para automovilistas. Los devotos compraban flores o regalos para San Judas, pues, según indicaron, les había realizado algún milagro.
Foto: Xochiquetzal Rangel. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
A unas calles de la capilla adornada con flores amarillas, en la colonia Colorines, la parroquia de San Judas Tadeo, pese a estar menos concurrida, también recibió a algunos fieles, como a la familia Reyes, que desde hace tres años acude al recinto para pagar una “manda” por el milagro de salud que les fue concedido hace tiempo.
Juan Alberto Reyes contó que cada 28 del mes llega a la parroquia para dejar flores y velas por una promesa que le hicieron al santo, tras ser atendidas sus plegarias y otorgarles el milagro de curar a su hijo de una neumonía.
Para la familia de Juan Alberto, el agradecer a San Judas Tadeo es especial, por lo que este año decidió vestir a sus dos hijos con el traje característico del santo, pues el 28 de octubre es el día en el que se deben pagar todos los favores que les ha otorgado, a pesar de que el estado se mantiene en semáforo naranja.
Foto: Xochiquetzal Rangel. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
“No dejan entrar mucho, nos retiramos al dejar la ofrenda para no aglomerar”, dijo.
Sin embargo, durante el tiempo en el que las iglesias permanecieron cerradas, señaló que acudía a dar gracias por fuera, aunque las veladoras las prendía en el altar de su casa. “Yo en mi casa tengo el altar y ahí se la pongo cuando no podíamos venir aquí, porque estaba cerrado se lo ponía en mi casa”.
Foto: Xochiquetzal Rangel. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
Por su parte, el vocero del Arzobispado de San Luis Potosí, Juan Jesús Priego, recordó a la ciudadanía que el obispo prohibió las fiestas patronales debido a la seguridad de las personas, para evitar aglomeraciones y, por ende, posibles casos de infección.
“En este tiempo no es momento de este tipo de celebraciones… Ojalá que este año no se hagan para que las podamos hacer doblemente festivas el año que entra”, señaló el sacerdote, al tiempo de pedir a la población católica hacer conciencia de lo que implica la pandemia y cuidar su salud.
etp
