Las calaveritas y dulces son un elemento que no puede faltar en las ofrendas que se ponen en los altares para recibir a los muertos este 1 y 2 de noviembre.
A lo largo de más de 60 años, la familia Hernández se ha dedicado a la fabricación, venta y distribución de dulces tradicionales del Día de Muertos, oficio que han acunado como familia, pues hermanos, primos y tíos participan en la creación de las coloridas y azucaradas ofrendas.
Amarai Hernández recuerda que fue su hermano Iginio quien aprendió a elaborar las frutas y calaveras desde que era niño y llevó esta costumbre a su familia, especializándose y montando su propio taller en la calle General I. Martínez, en el Centro Histórico de San Luis Potosí.
Foto: Nancy Lizet Hernández. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
"Tiene un valor sentimental para nosotros, siempre nos ha dicho mi tío Iginio que la mejor herencia que nos puede dejar es esta enseñanza, y ésta es nuestra temporada fuerte para elaborar estos dulces", comentó.
Judith Rodríguez, una de las sobrinas que está inmersa en esta tradición, narró a EL UNIVERSAL San Luis Potosí que, aunque la temporada de venta es en octubre y la primera semana de noviembre, elaborar estas golosinas lleva un largo proceso y desde los meses de febrero y marzo se dan a la tarea de iniciar con los preparativos.
Foto: Nancy Lizet Hernández. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
La gran variedad de dulces y productos de temporada que distribuye la familia Hernández se han popularizado con facilidad gracias a que siempre cuentan con figuras novedosas y no sólo las tradicionales calaveritas.
Para Judith, trabajar en la artesanía de dulces de esta temporada es todo un privilegio, pues aseguró que es una de las tradiciones más bellas de los mexicanos y desde su labor diaria busca aportar para que las nuevas generaciones la conozcan, la disfruten y, sobre todo, la mantengan viva.
Foto: Nancy Lizet Hernández. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
En esta tienda, que está en el corazón del primer cuadro de la ciudad, se encuentran ofrendas para esperar a los fieles difuntos, desde la tradicional calavera blanca, de chocolate, las tradicionales frutas, féretros, catrinas, momias, hasta cazuelas con mole y diversos platillos hechos a escala, de forma artesanal.
Actualmente, este negocio familiar cuenta con clientes no sólo de la capital, sino de municipios como Ciudad Valles, Rioverde, Tamazunchale y otros.
Asimismo, tienen clientes extranjeros que en esta temporada visitan a sus familiares y aprovechan para llevar estos productos a sus países como muestra de la cultura y tradiciones mexicanas.
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