A cinco años del inicio de la pandemia de Covid-19, Jesús Ramírez en entrevista para EL UNIVERSAL San Luis Potosí, recordó el dolor que sintió al perder a su madre en medio de la incertidumbre y el colapso hospitalario que se vivió en el estado durante la crisis.
En mayo de 2020, la vida de Jesús dio un giro inesperado. Su madre, una mujer de 68 años con una salud estable, comenzó a presentar síntomas de lo que en ese entonces era una enfermedad desconocida para muchos.
"Al principio pensamos que era una gripe fuerte, pero rápidamente su condición empeoró", recordó Jesús.
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La falta de información y la saturación hospitalaria hicieron que no recibiera la atención necesaria a tiempo. "Fue desesperante no poder conseguir una cama de hospital para ella", añadió.
La pérdida de un ser querido es devastadora, pero vivirla en medio de una pandemia añadió más dolor. "No pudimos despedirnos de mi madre como hubiéramos querido. No hubo velorio ni abrazos de consuelo", comentó Jesús.
La tragedia llevó a Jesús a replantearse su vida. "La partida de mi madre me hizo valorar más la salud y el bienestar", señaló.
Uno de los cambios más significativos fue la adopción de hábitos de higiene que se han mantenido en su rutina diaria.
"Antes no le daba tanta importancia al lavado de manos o a desinfectar superficies, ahora son prácticas que realizo de manera automática", afirmó.
Impacto en la salud mental
Así como la pérdida de Jesús, se encuentran otros casos en los que la salud mental también se vio afectada, tal es el caso de Mónica Rivera que explicó que el aislamiento y trabajo desde casa la llevó a pensar en no querer vivir más y constantemente sufría ataques de ansiedad.
"Decidí buscar ayuda profesional y aprendí a gestionar mis emociones y a encontrar sentido en medio de todo lo que estaba pasando", compartió.
A pesar de la adversidad, Mónica encontró formas de sobrellevar la pérdida y reconstruir su vida. "Me enfoqué en mi bienestar físico y mental, comencé a hacer ejercicio, a alimentarme mejor y a mantener contacto virtual con mis seres queridos", relató.
Cinco años después, varias familias potosinas reflexionan sobre las lecciones aprendidas. "Creo que ahora somos más conscientes de nuestra fragilidad y de la importancia de cuidarnos mutuamente", comentó una madre de familia.
"No sabemos cuándo pueda llegar otra enfermedad. Lo que sí sabemos es que pequeños cambios pueden salvar vidas", explicó una maestra de nivel primaria.
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A cinco años de la pandemia de Covid-19 el mundo sigue enfrentando secuelas, más allá de la pérdida de vidas, la crisis sanitaria dejó lecciones imborrables sobre la fragilidad de la salud, la importancia de la prevención y el impacto del aislamiento y aunque las restricciones quedaron atrás, hábitos como el lavado constante de manos, el uso de gel antibacterial y la consciencia sobre la salud pública siguen vigentes.