En los semáforos más concurridos de la capital potosina, entre autos y bocinas, se puede observar un fenómeno cultural: artistas circenses que aprovechan los momentos de luz roja para mostrar sus habilidades.

Entre ellos se encuentra Alex Macías, quien lleva más de 10 años practicando el arte urbano, viajando por diferentes estados y compartiendo su talento con el público.

En entrevista con EL UNIVERSAL San Luis Potosí, Alex contó que descubrió el mundo del arte circense a los 16 años, cuando presenció a un compañero ejecutar este tipo de presentaciones, y quedó totalmente impresionado por lo que observó.

“Un día iba pasando y me llamó la atención ver un acto en un semáforo. Me quedé sorprendido, y después conocí a amigos que también se dedicaban a esto. Así empecé y ya llevo 10 años”.

Durante su trayectoria, Macías ha visitado aproximadamente 15 estados y municipios, incluyendo Monterrey, Guadalajara, Puerto Vallarta, Colima y Ciudad Victoria.

“Este jale ahora sí que es puro amor al arte, amor por viajar y conocer lugares y personas. La cooperación de la gente siempre es voluntaria, y uno da lo mejor de sí sin esperar necesariamente una recompensa económica”, comentó.

El artista también destacó la actitud del público potosino, pues mencionó que aunque no es originario de San Luis se sintió bastante acogido por el estadio, pues mencionó que es un estado donde “no le hacen el feo” a su trabajo.

“Aquí en San Luis la gente es muy amable. Respetan mucho el espacio, se detienen y nos permiten realizar los shows. Eso me ha gustado mucho, el cariño y respeto que recibimos”, señaló.

Por el contrario, reconoció que en ciudades con tráfico pesado como Guadalajara o Ciudad de México, muchas veces los automovilistas están estresados y menos receptivos, lo que hace más complicado su trabajo.

Sobre la naturaleza de su labor, Alex explicó que cada presentación es un acto voluntario, que requiere rapidez y habilidad, ya que los shows deben realizarse durante los segundos que los semáforos mantienen detenidos a los vehículos.

“Uno se adapta al espacio y al tiempo que tiene, porque no hay escenario, ni barreras. La gente aprecia cuando lo das todo y se deja impresionar”, agregó.

Los artistas circenses, mencionó Alex, representan una expresión cultural urbana en la que el talento, la creatividad y la pasión por el arte conviven con la vida diaria de la ciudad, transformando por unos minutos intersecciones comunes en verdaderos escenarios improvisados.

Por ello, solicitó que no se les juzgue, ni se les considere vagos o delincuentes, ya que, al fin y al cabo, realizan un trabajo legítimo al entretener a los conductores que circulan diariamente por las grandes ciudades.

“Ya sé que muchas veces nos vemos medio mugroso, también quiero que la gente entienda eso, pasamos largas jornadas bajo el sol, muchas veces estamos sudados y no puedes estar limpio. Pero sólo quiero que no nos señalen, no somos delincuentes, solamente estamos haciendo un espectáculo para ganarnos una moneda”, finalizó.

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