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En entrevista para El Universal San Luis Potosí, la arquitecta Rosalía Loredo compartió que, si bien el proceso para restaurar una calle de adoquines dañados es laborioso y tardado, el repararlos y volver a colocarlos preserva la identidad y las vistas tradicionales de San Luis Potosí.
Compartió que, para la reparación de este bien patrimonial, se requiere de retirar cada adoquín de la calle y acomodarlo para relabrarlo. Este proceso requiere que se hagan cortes con pulidor, aproximadamente de 1.5 centímetros de profundidad con una separación de 2 centímetros. Posteriormente, se retira con cincel y martillo la capa sobrante, quedando plano el adoquín y con el color original de la cantera.
Si bien, explicó que no se trata de un proceso complicado, si es una actividad laboriosa y tardada. Asimismo, requiere de mucha mano de obra, la cual, al realizar el trabajo, se suelta mucho polvo a través de los pulidores, los cuales, hacen mucho ruido.
Sin embargo, las ventajas son mucho mayores, ya que la conservación de éstos da identidad al barrio o el área de San Luis Potosí donde se encuentren.
En el caso del Barrio de San Miguelito, los defensores de los adoquines han compartido diversas razones por las cuales conservarlo. Además de que este forma parte de un patrimonio de las y los potosinos el adoquín presenta mejores cualidades que el concreto, ya que tiene mejor durabilidad y resistencia, es de fácil mantenimiento, impulsa la circulación moderada, regula la temperatura ambiental, permea el agua y tiene un bajo costo.
Asimismo, indicaron que su proceso de reparación es más fácil, pues cuando se presente un adoquín dañado sólo se cambian y se acomoda con el resto.