El 23 de agosto del 2023, lo que parecería el inicio de obras para mejorar las calles del barrio de San Miguelito se convertiría en una pesadilla para los residentes de la colonia, pues hoy, un año después de que la maquinaria pesada iniciara con los trabajos de reparación en las calles, los vecinos reprochan los retrasos en las obras y con un pastel exigen el término de los trabajos.
Lejos de ser un festejo, el primer aniversario conmemorando el inicio de las obras es un acto simbólico cargado de frustración e impotencia, pues los vecinos del barrio esperan que pronto entreguen estas obras y se les dé respuesta a sus demandas.
El barrio de San Miguelito es un emblema histórico del centro de San Luis Potosí, que desde hace un año atraviesa una de las mayores crisis en su historia, pues un proyecto que parecía traer consigo mejoras y embellecer las calles del lugar, se ha convertido en una pesadilla para los residentes, debido a que este año ha estado lleno de caos, incertidumbre y deterioro en su calidad de vida.
Los vecinos han experimentado una serie de afectaciones, con cortes inesperados de los servicios básicos como luz y agua, destape de cañerías que crean focos infecciosos atentando a la salud, bloqueos de calles, daños estructurales a las viviendas e índices delictivos en aumento.
No sólo estas remodelaciones han afectado a los vecinos, sino también a los pequeños comerciantes del barrio, pues debido al bloqueo de calles y las obras inconclusas, los dueños de estos negocios presentan pérdidas significativas, ya que dichas obras obstaculizan el paso a sus comercios. Llevándolos al cierre de estos negocios que por años fueron el sustento de muchas familias.
Los residentes acusan a la autoridad de actuar con opacidad y falta de responsabilidad, sin consultar ni informar adecuadamente sobre el proyecto. Denuncian que las obras se han llevado a cabo sin permisos necesarios del INAH, poniendo en riesgo el valor patrimonial del barrio.
Los vecinos exigen que las autoridades se comprometan a realizar los trabajos con legalidad y calidad, respetando las necesidades y derechos de la comunidad.
Finalmente, los habitantes temen que la mal planeación del proyecto pueda atentar contra el título de Patrimonio Cultural que tiene elabarrio de San Miguelito.