La ciclovía de la avenida Venustiano Carranza volvió a colocarse en la mesa del debate. El empresario y representante del Corredor Cultural Carranza, Alberto Narváez Arochi criticó que, pese a que hace casi un año se presentó un estudio en el que se contemplaba extender la red ciclista de la capital a más de 100 kilómetros, hasta la fecha no se ha construido ni un solo tramo nuevo.

“Ese proyecto existe, pero no sabemos si incluye a Carranza ni qué tanto se pretende hacer. Lo cierto es que en este tiempo no hemos visto avances”, comentó.

Narváez reconoció que no es especialista en ingeniería vial ni en movilidad, y que por ello no puede afirmar si la ciclovía de Carranza debió o no instalarse en esa arteria. Sin embargo, subrayó que el impacto negativo en la zona es evidente: más de 80 comercios cerrados y alrededor del 90 por ciento de oficinas desocupadas.

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“Más allá de la obra, lo que se percibe es un abandono; la ciclovía llegó acompañada de una serie de políticas públicas que terminaron por afectar la vida económica de la avenida”, expresó.

El empresario retomó las palabras de un urbanista para señalar que toda política pública debe estar respaldada por educación cívica.

“De nada sirve colocar infraestructura o iniciativas si no hay cultura vial. El automóvil no respeta al ciclista, el ciclista no respeta al peatón y al final nadie respeta la ley. Esa es la raíz del problema”, dijo.

Para Narváez, el caos no radica únicamente en la ciclovía, sino en la falta de orden y de acuerdos colectivos. “En la ciudad hay espacio para todos, pero mientras cada actor busque sólo sus intereses, nunca vamos a funcionar como comunidad”, advirtió.

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