Vecinos de la colonia Hacienda de México, ubicada al norte de la capital de San Luis Potosí, han levantado la voz ante la presencia de un criadero de gallos que presuntamente opera de manera clandestina y sin la regulación adecuada.
Los residentes aseguran que este criadero, situado dentro de una unidad habitacional, se ha convertido en un serio foco de infección en la zona.
Las denuncias indican que el criadero no cuenta con el permiso de ninguna autoridad local, lo que ha provocado graves problemas de salubridad.
El excremento de los gallos, así como los restos de alimentos que se dejan en el lugar, han generado la proliferación de roedores y otros animales que se han visto atraídos por la situación.
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Ante este escenario, los vecinos exigen que se tomen medidas inmediatas para regular este tipo de instalaciones y evitar que continúe representando un riesgo para la salud de la comunidad.
También solicitan que, si el criadero no puede ser regulado, se traslade a un área adecuada, alejada de zonas residenciales.
La preocupación por esta situación continúa creciendo, y los vecinos hacen un llamado a las autoridades correspondientes para que actúen con prontitud y resuelvan este problema que afecta directamente la calidad de vida en la zona.
¿Qué dice la Ley de Protección a los Animales de SLP al respecto?
De acuerdo con la ley de protección a los animales de San Luis Potosí, este tipo de criaderos son ilegales ya que, las áreas en donde vivan, deberán cumplir los requerimientos de su especie, deberán ser adecuadas conforme a las condiciones físicas y de entorno, parecidas al hábitat natural de cada especie, debiendo mantener las instalaciones en estado higiénico y sanitario, conforme las normas oficiales mexicanas correspondientes lo establezcan.
Así mismo la ley señala que estos animales deberán contar con refugio, albergue o casa adecuada, en dimensiones, de acuerdo a su especie, raza y tamaño del que le permita protegerse de las condiciones climatológicas y de cualquier otro factor externo que les ocasiona daño, sufrimiento o tensión, debiendo mantener las instalaciones en estado higiénico y sanitario, conforme las normas oficiales mexicanas correspondientes lo establezcan.