Desde días previos al 12 de diciembre, la calzada de Guadalupe en San Luis Potosí comienza a llenarse de fieles que, con profundo fervor, avanzan de rodillas hacia el Santuario de la Virgen de Guadalupe.

Desde el amanecer hasta altas horas de la noche se pueden observar a personas de todas las edades cumpliendo mandas, rezando o simplemente pidiendo con fe un milagro.

La tradición, que tiene raíces profundamente arraigadas en la devoción guadalupana, se vive como un acto de sacrificio y esperanza que cada año reúne a cientos de creyentes.

A lo largo de los años, esta tradición se ha consolidado como un acto de profunda espiritualidad. Muchas personas llegan de rodillas al Santuario de Guadalupe, ubicado al final de la emblemática calzada, como muestra de sacrificio y gratitud.

“Vengo todos los años desde hace una década. Mi hijo estaba muy enfermo, los médicos ya no podían hacer nada. Recé con todas mis fuerzas y prometí que si se recuperaba, caminaría de rodillas hasta la Virgen cada año y aquí estoy, cumpliendo mi promesa”, compartió una mujer mientras se preparaba para iniciar este fin de semana su recorrido.

Otro devoto relató que llegó desde un municipio cercano acompañado de su familia. “Mi esposa y yo pedimos un milagro para poder tener hijos y después de varios años de intentos, la Virgen nos concedió esa bendición y así que hoy venimos con nuestros dos pequeños, quienes también aprenden esta tradición”.

La Calzada de Guadalupe, iluminada por cientos de veladoras, se llena de cánticos, rezos y un aire de recogimiento. Algunas personas llevan flores, otras se arrodillan en el adoquinado frío y avanzan lentamente.

“Este año vengo a pedirle salud para mi madre. Tiene una enfermedad delicada y tengo mucha fe en que la Virgen la ayudará”, comentó una joven devota.

La tradición de caminar de rodillas tiene raíces profundas en la religiosidad popular mexicana, donde el sacrificio físico es visto como una forma de acercarse a lo divino. En San Luis Potosí, esta práctica se ha mantenido viva gracias al fervor de las generaciones que la han transmitido de padres a hijos.

Cabe destacar que en México el catolicismo sigue siendo la religión predominante con el 77.7 por ciento de la población identificándose como católica, según el censo de población y vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

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