Metrópoli

Entre flores, velas y tamales, San Judas vuelve a llenar de fe las calles potosinas

Desde las primeras horas de la mañana, decenas de fieles llegaron con ofrendas, oraciones y desayunos compartidos para agradecer favores y cumplir mandas al santo de las causas difíciles

Foto: Jazmín Ramírez EL UNIVERSAL
28/10/2025 |12:06
Jazmin Ramírez
Reportera multimedia en San Luis PotosíVer perfil

El amanecer de este 28 de octubre trajo consigo un aroma a fe, café y flores frescas. Desde muy temprano, la figura de San Judas Tadeo volvió a convertirse en el punto de encuentro de decenas de potosinos que, con devoción y gratitud, se dieron cita en templos y altares improvisados para celebrar su día.

En medio del humo de las veladoras, los rezos comenzaron a mezclarse con los murmullos de quienes esperaban su turno para acercarse al santo.

Algunos llevaban imágenes pequeñas, otros figuras grandes cubiertas de listones verdes y amarillos, pero todos con una misma intención: agradecer o pedir un milagro.

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“Cada año vengo con mi familia y siempre traigo tamales y café para compartir. Es mi manera de cumplir mi manda y de dar gracias por lo que me ha concedido”, comentó una devota que desde hace más de una década acude cada 28 de octubre.

Foto: Jazmín Ramírez EL UNIVERSAL

A un costado del altar había atole caliente, galletas, manzanas y hasta pequeños panes que los fieles ofrecían a cualquiera que pasara.

La tradición dicta que quien recibe, también lleva una bendición consigo.

El ambiente se torna festivo, pero profundamente espiritual.

Foto: Jazmín Ramírez EL UNIVERSAL

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Los ramos de rosas, lirios y girasoles formaban una especie de muro perfumado frente a la imagen de San Judas, rodeada de decenas de veladoras encendidas que titilaban al ritmo del viento.

Algunos llegaron caminando, otros en bicicleta y no faltaron los que arribaron con toda su familia.

“Él nunca me deja sola. Cuando mi hijo se enfermó, le recé y salió adelante. Por eso cada año estoy aquí, aunque sea con una veladora”, dijo una creyente al llegar al altar.

Foto: Jazmín Ramírez EL UNIVERSAL

El bullicio no rompía la paz del lugar; al contrario, parecía darle vida. Los rezos en voz baja, los cantos y las conversaciones entre desconocidos creaban un ambiente de comunidad donde todos compartían algo más que comida: compartían esperanza.

Conforme avanzaba la mañana, los alrededores de la capilla se fueron llenando de fieles que llegaban con ofrendas nuevas, haciendo crecer un mosaico de fe que parecía no tener fin.

San Judas Tadeo es el santo de las causas difíciles y desesperadas ya que las personas han manifestado a lo largo del tiempo que a este santo se le pueden pedir las cosas que casi se cree imposible y los milagros más difíciles y él los concede.

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