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El nuevo puente peatonal con elevador ubicado en las intersecciones de las avenidas Himalaya y Cordillera de los Alpes, fue inaugurado de manera oficial este lunes 7 de abril por el alcalde capitalino, Enrique Galindo.
Tras realizar de forma simbólica la inauguración, el presidente municipal anunció que ya se analizan otros puntos donde podrían instalarse elevadores similares, como el puente que cruza hacia la clínica 45 del IMSS y el ubicado frente a plaza Tangamanga.
Este nuevo puente peatonal cuenta con dos elevadores y cámaras de videovigilancia.
La obra, que fue anunciada como una mejora en la seguridad vial y peatonal, ha generado descontento entre los habitantes y colectivos quienes consideran que la solución no cumple con las necesidades reales de los peatones y prioriza, más bien, la movilidad vehicular.
El colectivo Conexión Vecinal Lomas, compartió con EL UNIVERSAL San Luis Potosí su descontento con el proyecto pues en primera instancia la solicitud original de los vecinos era que se devolviera el cruce a nivel de piso, como marca la ley, en lugar de la instalación del puente.
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Pues aseguran que las escaleras, aunque son una opción, resultan cansadas y poco eficientes, especialmente para quienes tienen movilidad reducida o quienes necesitan transportar objetos pesados, como madres con niños pequeños o ciclistas.
Los grupos ciclistas y de movilidad urbana, como "Pedaleando", también expresaron su preocupación, señalando que la infraestructura existente prioriza el flujo vehicular sobre la seguridad de los peatones, lo que pone en riesgo y dificulta la movilidad de quienes dependen principalmente de caminar como medio de transporte.
El colectivo Pedaleando ha manifestado su rechazo y calificaron al puente como una construcción “antipeatonal”, pues, según afirman, los puentes elevados son pensados para evitar que los peatones interrumpan el tráfico de los automóviles.
Esta perspectiva, argumentan, vulnera el derecho humano a la movilidad, ya que obliga a las personas a desviar su camino, lo que genera un aumento en el tiempo y esfuerzo requerido para sus desplazamientos cotidianos.
“Los puentes antipeatonales se construyen para evitar que quienes caminan interrumpan el flujo continuo de automóviles en la ciudad”, señaló el colectivo. Estas obras no solo excluyen a los peatones, sino que nos fuerzan a poner en riesgo nuestra seguridad para ajustarnos a una infraestructura que no nos escucha”, señaló el colectivo.
Pese a los intentos de mejorar la seguridad con esta puente peatonal, su diseño no ha logrado satisfacer las necesidades de accesibilidad de todos los usuarios, lo que ha evidenciado la falta de consideración hacia los desafíos reales que enfrentan los peatones en su vida diaria.
Por lo tanto, la comunidad continúa exigiendo una solución que promueva la movilidad inclusiva y garantice un cruce seguro, eficiente y accesible para todos.