Metrópoli

“La infraestructura crea cultura”: Activista urge calles seguras y accesibles para todos en SLP

El activista de derechos urbanos plantea que el diseño vial de SLP se centre en la seguridad y convivencia de todos los tipos de movilidad, más allá de la educación o las sanciones

Activista habla sobre cultura y seguridad vial en la capital de SLP.
18/10/2025 |15:57
Humberto Torres
Reportero multimedia en San Luis PotosíVer perfil

Durante su participación en el foro sobre movilidad y seguridad vial en el Congreso Peatonal celebrado en San Luis Potosí, el activista de derechos urbanos José Santiago destacó la importancia de repensar el diseño de las calles bajo un nuevo paradigma que priorice la vida y la convivencia entre todos los actores del tránsito.

Subrayó que la infraestructura vial puede y debe “perdonar” el error humano, es decir, estar diseñada para evitar que las equivocaciones o conductas imprudentes terminen en tragedias.

“No podemos depender únicamente de la educación o de las sanciones. Las calles deben estar pensadas para tolerar el error y evitar que esos errores humanos”, afirmó.

El activista explicó que, si bien con la infraestructura no se pueden eliminar todos los siniestros viales, sí es posible reducir el espectro que abarca muertes y lesiones graves, mediante estrategias como la pacificación del tránsito y el rediseño de puntos críticos.

“Nosotros manejamos mucho el lema de la infraestructura crea cultura por que de ahí parten las ciudad tienen mejor convivencia de todos los tipos de movilidad”, destacó José Santiago.

Así mismo, el activista argumentó que las ciudades consideradas como ejemplos de cultura vial lo son, en realidad, porque cuentan con calles mejor diseñadas.

“Son espacios pensados para que convivan peatones, ciclistas, automovilistas y todo tipo de movilidad. Esa convivencia genera una nueva cultura vial, sin necesidad de depender exclusivamente de campañas educativas”, expresó.

Finalmente, José Santiago señaló que avanzar hacia una movilidad segura implica diseñar calles que enseñen por sí mismas cómo comportarse, fomentando una convivencia armónica y reduciendo la dependencia en la educación o la imposición de sanciones.

“Una calle bien diseñada obliga a aprender una nueva cultura vial. No se trata sólo de reglas, sino de cómo el entorno mismo te guía a comportarte con responsabilidad”, concluyó.

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