Desde las primeras horas del 12 de diciembre, la capital de San Luis Potosí comenzó a inundarse con la devoción guadalupana, siendo las principales calles aledañas a la Basílica las más visitadas.
El sonido de los cohetes en el cielo, las campanas resonando con fuerza y el incesante paso de los peregrinos marcaron el inicio de la celebración más importante del año en el Santuario de Guadalupe.
Por la Calzada de Guadalupe, miles de fieles caminaron cargando flores, estandartes y veladoras, mientras entonaban cánticos y rezos.
Algunos llegaron desde municipios lejanos, recorriendo a pie o en bicicleta los kilómetros que los separaban de la emblemática iglesia potosina.
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Otras personas acudieron de rodillas por toda la calzada hasta llegar a la iglesia, mientras van rezando, haciendo plegarias a la Virgen y dando gracias por algún milagro recibido.
La Calzada de Guadalupe, que conecta el centro de la ciudad con el Santuario, se llenó de vida y color.
Familias completas, grupos de jóvenes y adultos mayores avanzaron entre puestos ambulantes que ofrecían desde tamales y café caliente hasta imágenes de la Virgen de Guadalupe.
El ambiente festivo contrastaba con las expresiones de cansancio en algunos rostros, pero el fervor por llegar al santuario daba fuerza a cada paso.
Dentro del templo, el ambiente era solemne. Veladoras encendidas formaban un mar de luces frente al altar mayor, mientras los fieles ofrecían oraciones y agradecimientos.
Alrededor del santuario se convirtió en un espacio de convivencia.
Los comerciantes aprovecharon la afluencia para ofrecer flores, rosarios y figuras religiosas, creando un mosaico de aromas y colores que envolvió la celebración.
Para garantizar la seguridad de los asistentes, las autoridades implementaron un operativo con elementos de tránsito, protección civil y servicios médicos, que se mantendrá activa todo el día.
Cabe destacar que el Santuario de Guadalupe, construido en el siglo XVIII y es uno de los templos más emblemáticos de San Luis Potosí.