En uno de los cruceros con mayor historial de siniestros viales en la ciudad, la Glorieta Bocanegra, es escenario de una intervención urbana impulsada por Derechos Urbanos, en coordinación con organizaciones civiles, instituciones, colectivos ciudadanos y la Unidad de Igualdad de Género y Derechos Humanos de la Facultad del Hábitat de la UASLP, con el objetivo de mejorar la seguridad vial y devolver el espacio público a quienes lo transitan a pie.
La acción, concebida como un ejercicio de urbanismo táctico, se realizó durante la noche del jueves 18 de diciembre, a partir de las 11:30 de la noche y se extendió hasta las 4:30 de la madrugada del viernes 19.
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Posteriormente, se programó una jornada de socialización para el mismo viernes, de 7 de la mañana a 2 de la tarde con la finalidad de dialogar con la ciudadanía y visibilizar los cambios implementados.
De acuerdo con los organizadores, la intervención busca reducir riesgos viales, evitar la repetición de accidentes y mostrar el potencial del sitio para convertirse en una obra pública permanente, basada en un modelo de movilidad que priorice a las personas y no a los vehículos.
Como parte de la movilización, se colocó una manta a un costado del Hospital Central, además de contar con voluntarias y voluntarios que auxiliaron a peatones para cruzar la vialidad, deteniendo momentáneamente el flujo vehicular y reforzando el respeto a la cebra peatonal.
Una de las auxiliares envío un mensaje claro: "es el automóvil el que debe detenerse para permitir el paso, y no el peatón quien tenga que calcular riesgos, esperar oportunidades o esquivar coches para cruzar la calle", explicó.
Integrantes de los colectivos señalaron que esta acción busca generar conciencia entre automovilistas y autoridades sobre la necesidad de repensar el diseño urbano, especialmente en zonas de alta siniestralidad, donde la falta de infraestructura segura pone en peligro la vida de quienes caminan.
La intervención en la Glorieta Bocanegra se suma a una serie de esfuerzos ciudadanos que promueven una ciudad más incluyente, segura y humana, donde el espacio público sea entendido como un derecho y no como un privilegio condicionado al uso del automóvil.