La falta de infraestructura eléctrica e hidráulica en San Luis Potosí ha comenzado a cobrar factura. Las lluvias intensas registradas en los últimos días no solo han generado caos en calles y colonias, sino que han puesto en evidencia la necesidad de reforzar tanto la red eléctrica como el sistema de drenaje, especialmente en la zona industrial, donde empresas han reportado afectaciones considerables.

El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en San Luis Potosí, Luis Gerardo Ortuño, subrayó que el estado sí cuenta con energía eléctrica, pero que lo que realmente hace falta es inversión en la infraestructura que la soporte y garantice su cobertura eficiente ante el crecimiento económico y demográfico.

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“Lo que se necesita no es solo energía, sino infraestructura que la acompañe: líneas, transformadores, sistemas de distribución. Y eso debe venir acompañado también de obras hidráulicas, porque lo que vivimos estos días es inaceptable. Las lluvias colapsaron varias zonas, tanto en la ciudad como en la zona industrial”, declaró.

Añadió que, en el contexto del desarrollo económico del Bajío, es urgente que el gobierno federal no solo invierta en grandes proyectos como el tren, sino que también priorice el fortalecimiento de servicios básicos, como el suministro eléctrico y el manejo de aguas pluviales, de manera coordinada con el estado y los municipios.

Respecto al impacto de las lluvias en el sector empresarial, explicó que varias compañías se vieron afectadas en los últimos días.

“Los trabajadores no pudieron llegar a tiempo, los proveedores enfrentaron serios problemas con sus unidades por las condiciones de las vialidades y en algunos casos, hubo inundaciones dentro de las plantas. No tenemos una cifra exacta, pero sí es evidente que hay muchas empresas afectadas”, detalló.

Estas situaciones provocan un efecto dominó: ausentismo, retrasos en entregas, daños a instalaciones y vehículos, así como pérdidas económicas derivadas de la interrupción en la producción. Incluso, explicó que los programas de apoyo interno para la conciliación entre la vida personal y laboral, como la flexibilidad de horarios, no son suficientes ante fenómenos naturales como los recientes.

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“Muchas empresas tienen programas de equilibrio trabajo-familia, pero cuando se trata de contingencias como estas, no hay programa que alcance. Las afectaciones son reales y representan pérdidas económicas que no se pueden ignorar”, apuntó.

Finalmente, hizo un llamado a los tres niveles de gobierno para que se implemente un plan integral de mantenimiento, rehabilitación y construcción de infraestructura tanto hidráulica como eléctrica, que permita hacer frente al crecimiento del estado sin poner en riesgo la operación de uno de los polos industriales más importantes del país.

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