La festividad del día de muertos envuelve el Centro Histórico de San Luis Potosí, transformando cada espacio en un tributo a los seres queridos que ya no están.

Este año, la “ruta de altares” ha sido instalada en el cuadro principal del centro de la ciudad, en sitios emblemáticos que mezclan la cultura prehispánica y católica, así como temas actuales, llenando de color y significado cada esquina.

En la Plaza de Armas, el tradicional kiosco se convierte en el corazón espiritual de la festividad. Un altar llamativo, instalado en el centro de la plaza, reúne elementos de la cosmovisión indígena junto a símbolos de la fe católica, reflejando la fusión cultural que caracteriza a San Luis Potosí.

Foto: Jazmín Ramírez García
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Flores de cempasúchil, bordado tenek y fotografías se mezclan con figuras del Xantolo, como representaciones de dioses, mientras que velas y cruces recuerdan la presencia de la fe cristiana. Este altar, además de ser un espacio de ofrenda, busca revalorizar las raíces indígenas y su visión de la muerte como un ciclo natural de la vida.

A pocas calles, en la plaza del Carmen, a los pies de la majestuosa iglesia del Carmen, el ambiente es otro. Aquí se encuentran varios altares creados por universidades y preparatorias potosinas.

Foto: Jazmín Ramírez García
Foto: Jazmín Ramírez García

Cada uno de estos altares es único, reflejando tanto el talento como el ingenio de estudiantes y maestros. Hay uno dedicado a educadores y alumnos que ya no están, un recordatorio de su influencia y legado en la comunidad.

Los altares dedicados a las mascotas también destacan, con fotografías y figuras de animales rodeados de veladoras, un homenaje a esos fieles compañeros que también dejaron huella en la vida de sus familias.

Foto: Jazmín Ramírez García
Foto: Jazmín Ramírez García

Entre los más llamativos se encuentra un altar inspirado en la cultura huichol, con motivos coloridos y simbología tradicional de esta etnia.

El Museo de la Máscara, famoso por su vasta colección de máscaras mexicanas, también se une a la celebración con un altar que parece que toma vida propia. Rodeado de bailarines que, al compás de la música, recrean danzas típicas, el altar se convierte en un espectáculo visual y auditivo.

La fusión de danza y música añade un elemento de celebración a la memoria de los difuntos, recordando a los asistentes que esta festividad no es solo de duelo, sino también de alegría y remembranza.

En el imponente Teatro de la Paz, los visitantes encuentran otro altar dedicado exclusivamente a la cultura prehispánica, inspirado en la riqueza y simbología de las antiguas civilizaciones mexicanas, este altar está compuesto por piezas que evocan rituales ancestrales, como el uso del copal, incienso que llena el lugar con un aroma característico. Estatuillas de dioses y figuras talladas se destacan entre la decoración, recreando una atmósfera que parece transportarse al pasado.

A estos altares se suman el de la secretaría de cultura ubicado en el jardín de San Francisco, inspirado principalmente en el Xantolo, destacando los arcos de la flor de cempasúchil y las ofrendas a los muertos. También en la secretaría de turismo a un costado de la catedral el recinto se viste de misticismo por las ofrendas colocadas, y en próximos días se presentarán los de palacio municipal y palacio de gobierno, ambos en plaza de armas.

Foto: Jazmín Ramírez García
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Esta ruta de altares, que permanecerá hasta el 2 de noviembre, invita a locales y turistas a sumergirse en una experiencia única que entrelaza el pasado y el presente.

Además de los altares, el centro histórico ofrece espectáculos de danza, música y narraciones que explican el simbolismo de cada uno de estos elementos. Los altares son un reflejo de la identidad potosina, una mezcla de creencias y costumbres que celebran tanto la vida como la muerte.

Foto: Jazmín Ramírez García
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