La crisis sociopolítica en Nicaragua ha dejado un saldo preliminar de 481 muertos y casi cuatro mil heridos, informó ayer la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
El informe dice que la represión del gobierno, ejercida a través de la policía y paramilitares, contra los manifestantes que exigen la dimisión del presidente Daniel Ortega, ha sido una constante desde abril, cuando iniciaron las protestas.
Reportó que entre el 19 de abril y el 2 de septiembre pasados, 481 personas perdieron la vida, de las cuales 455 fueron asesinadas —410 por impacto de bala—, y el resto murió por otras causas, como arma blanca, enfermedades naturales no atendidas y accidentes relacionados con la crisis.
También destacó que tres mil 962 personas resultaron lesionadas en el mismo periodo, de las cuales 98 sufren heridas graves con daño permanente, y advirtió que todas ellas han carecido de atención médica oportuna en el sistema de salud pública.
En tanto, dirigentes estudiantiles de Nicaragua denunciaron la captura de seis universitarios durante una redada policial contra dirigentes de las protestas.
El dirigente universitario Harley Morales declaró a medios de comunicación que fue una detención “arbitraria” e “ilegal” de sus compañeros, dos de los cuales tienen medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Uno de los detenidos es Edwin Carcache, quien era delegado de la alianza opositora que participa en el diálogo nacional con el gobierno.
Por su parte, la vicepresidenta Rosario Murillo criticó a quienes, a su juicio, “mendigan castigo” fuera del país para el gobierno de su esposo, Daniel Ortega.
“No van a ninguna parte aquellas personas, aquellos grupos que todavía piensan que mendigando afuera castigos para Nicaragua, van a poder ocupar los espacios que solo se ganan con la aprobación del pueblo”, dijo.
En este contexto, Consejo de Seguridad de la ONU abordará hoy, por primera vez, la situación en Nicaragua y Venezuela a petición de Estados Unidos.