EL RODEO, Guatemala.- En medio de la destrucción y muerte que dejó a su paso la estela de cenizas, lodo y rocas lanzada por el Volcán de Fuego en Guatemala, los rescatistas se toparon el martes con un destello de vida: “Rambo”, un perro de raza mixta blanco y negro.
Fue encontrado en una vivienda donde cuatro personas, al parecer sus dueños, yacían muertas en el suelo. “Rambo” es uno de varios animales vivos que han logrado ser rescatados tras la erupción el domingo de uno de los volcanes más activos de Centroamérica.
"Puede ser que este perro ya no tenga familia", dijo el bombero voluntario Sergio Vázquez tras cargarlo en sus hombros en la localidad de El Rodeo, una de las más afectadas por la erupción que dejó hasta el momento 70 muertos y 1,7 millón de personas afectadas.
Un sobreviviente identificó al perro rescatado el martes como “Rambo”, dijo Vázquez, quien sigue sin explicarse cómo logró sobrevivir.
Los socorristas han reportado que aún hay muchos animales domésticos que aún no han podido rescatar. El martes, por ejemplo, también fueron localizadas vivas tres tortugas.
Julio Sánchez, portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), dijo que muchos perros y gatos han sido rescatados con quemaduras en el lomo y las patas por las cenizas. Algunos incluso padecen cegueras temporales por los efectos de los gases en el aire.
“Los animales tienen otra resistencia”, dijo Vázquez” “Y otro comportamiento de buscar refugio”.
El Volcán de Fuego, ubicado 44 kilómetros al oeste de la Ciudad de Guatemala y que tiene una altitud de 3.763 metros sobre el nivel del mar, registró el domingo la erupción más violenta en 40 años, según los expertos.
La nube de ceniza caliente mezclada con una corriente de agua, lodo y escombros lanzada por el coloso incendió viviendas y bloqueó carreteras. Las autoridades no habían ordenado ninguna evacuación a las poblaciones cercanas al volcán porque sus científicos reportaron que la actividad sísmica parecía disminuir.
Algunas comunidades lograron evacuarse pero en lugares como Los Lotes y El Rodeo, a unos 12 kilómetros del cráter, los flujos piroclásticos alcanzaron a algunas personas en sus casas o en las calles, donde las temperaturas alcanzaron hasta 700 grados centígrados.