Cada vez que tiembla en California, la pregunta se repite: ¿está más cerca el "Big One"?

Con el "Big One" se refieren a un terremoto catastrófico que, según los sismólogos, ya debió haber ocurrido.

Los temores volvieron a desatarse esta semana. Un terremoto de magnitud 7.1 sacudió la noche de este viernes la región sur de California.

Este sismo se registró tan solo un día después del de magnitud 6.4 en la misma zona.

California es propensa a los terremotos, ya que se ubica sobre una serie de fallas, es decir, regiones donde las placas tectónicas se unen.

La mayor de ellas -y la potencialmente más peligrosa- es la falla de San Andrés, que atraviesa el Estado de norte a sur y se extiende a lo largo de mil 300 kilómetros.

La falla delimita la placa norteamericana de la placa del Pacífico y es una de las más estudiadas del planeta, ya que en su práctica totalidad se encuentra sobre la superficie terrestre.

Sobre ella se asientan los enormes centros urbanos de Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de EU, y San Diego, y 38 millones de personas que viven en sus inmediaciones.

Cuestión de tiempo

La parte media de la falla se rompió hace unos 160 años y la parte norte en 1906, provocando el devastador terremoto de 7.8 grados que destruyó gran parte de San Francisco y dejó más de tres mil muertos.

El último gran terremoto que hubo en esa zona data del año 1700, pero no se tienen detalles de cómo ocurrió al carecer de registros en esa época.

En la Conferencia Nacional de Terremotos celebrada en California en 2016, los científicos que participaron ya advirtieron que la sección sur de la falla de San Andrés está "cargada y lista" para provocar un gran temblor.

Un gran riesgo

Sismólogos del Geological Survey de Estados Unidos simularon los efectos de un gran terremoto en California para un programa de estudio.

Uno de sus modelos de computadora asume que el próximo gran evento en la falla de San Andrés será de magnitud 7.8, que iniciará una ruptura en el sur de California cerca del Mar Salton y luego se disparará hacia el norte a lo largo de la falla para golpear a Los Ángeles.

Alrededor del uno por ciento de los edificios en un área de 10 millones de personas colapsarían y alrededor de la mitad de las construcciones en la zona tendrían que ser abandonadas.

Los daños materiales superarían los 200 mil millones de dólares.

Sistema de alerta

La viabilidad de las comunidades después de un evento así depende de la preparación.

En California, gran parte del enfoque en la planificación se ha reflejado en las normas de construcción.

En 2014, la alcaldía de Los Ángeles propuso una normativa similar.

A principios de este año comenzó a funcionar ShakeAlert LA, un sistema de alerta temprana de terremotos similar al que existe en países con alta actividad sísmica como Japón México.

Se trata de una aplicación móvil que avisa a los residentes del condado de Los Ángeles hasta 40 segundos antes de que se produzca un temblor de magnitud 5 o superior. Esto no solo ayuda a alertar a la población, sino también a las autoridades.

Para los expertos, la cuestión no es si la falla de San Andrés se quebrará en el sur de California, sino cuándo lo hará.

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