Obispos católicos de todas partes del mundo están reunidos hoy en el Vaticano para discutir sobre el futuro de la iglesia en la Amazonia.
El denominado "Sínodo Amazónico" se llevará a cabo durante las siguientes tres semanas —desde el 6 al 27 de octubre—, y contará con la participación de alrededor de 260 personas, entre ellas, religiosos, dirigentes indígenas de la zona y expertos.
El cambio climático, la migración y el evangelismo son algunos de los tópicos que se esperan abordar durante el encuentro. Pero hay un tema en particular que ha dominado los titulares: si los hombres casados podrán convertirse en sacerdotes.
En uno de los documentos de trabajo realizados para el Sínodo —denominado "Instrumentum laboris"— se sugiere que en zonas remotas de la Amazonia, hombres mayores y casados podrían ser ordenados.
Según el texto, tendrían que ser hombres particularmente respetados y que preferiblemente procedan de las comunidades indígenas donde tienen la intención de trabajar.
A ellos se les llama "viri probati" que en latín significa "hombres probados", y a los que, de modo extraordinario, se les admite la ordenación sacerdotal.
"Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana", dice el documento, en su capítulo IV.
Los obispos sudamericanos han abordado esta temática en un esfuerzo por hacer frente a la escasez de sacerdotes en la región.
"En las últimas décadas (...), la Iglesia de la Amazonía supo reconocer que, por causa de las inmensas extensiones territoriales, la gran diversidad de sus pueblos y los rápidos cambios en los escenarios socio-económicos, su pastoral tenía una presencia precaria", dice otros de los textos preparatorios del Sínodo.
"Una misión encarnada implica un repensar la presencia escasa de la Iglesia con relación a la inmensidad del territorio y su diversidad cultural", agrega.
Se estima que al menos el 85% de las aldeas en la Amazonía no pueden celebrar la misa todas las semanas como resultado de esta escasez y algunos solo ven a un sacerdote una vez al año.
"El Papa Francisco, proveniente de América Latina, tiene una comprensión instintiva de algunos de los desafíos de esa región", dice a BBC News el académico Gregory Ryan, del Centro de Estudios Católicos.
"La preocupación de cuán bajo es el número de los sacerdotes en la región amazónica es realmente la base fundamental de esto", agrega. "Está vinculado con el fuerte sentido católico de que la Eucaristía (que solo puede ser celebrada por sacerdotes) está en el corazón de la comunidad cristiana regular".
A pesar de que actualmente existen algunos sacerdotes casados —como anglicanos que se convirtieron al catolicismo o miembros de las iglesias católicas orientales—, para muchos, el celibato es un factor muy importante para ser un sacerdote católico.
Se supone que un sacerdote está casado con Dios y que, por lo mismo, no se distrae por lo que algunos consideran "preocupaciones mundanas", como una esposa o una familia.
La profesora Linda Woodhead, que se especializa en sociología de la religión, explica que además del celibato, los sacerdotes y monjas católicos "reciben su alojamiento (y) subsidio básico para que estén completamente dedicados a hacer lo que están haciendo".
"La gente siente que ese sacerdote tiene el tiempo para darles", dice la académica. "Ese sacerdote está allí y está disponible para ellos y eso es algo muy especial", agrega.
Para los tradicionalistas, este es un problema que tiene que ver con la dirección con la que el Papa Francisco está conduciendo la Iglesia. Algunos críticos consideran que la idea de permitir sacerdotes casados en el Amazonas es solo un "pretexto" para abolir el celibato por completo.
Según una carta enviada por el cardenal alemán Walter Brandmüller a los demás miembros del colegio cardenalicio, el Sínodo Amazónico podría marcar "la autodestrucción de la Iglesia".
La autoridad religiosa aseguró que algunos puntos del "Instrumentum laboris", parecen estar en "disonancia" respecto a la "enseñanza auténtica" de la Iglesia.
El cardenal también puso en duda otros de los puntos importantes del texto: revisar el rol de la mujer en la Iglesia.
Según el documento, se debe "identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica".
Quienes están en contra de esta medida temen que también pueda marcar el comienzo de la ordenación para ellas.
Pero para la académica Linda Woodhead, esto es parte de la evolución de la Iglesia como institución. "La iglesia católica siempre cambia, como cualquier institución que dura tanto", dice.
"Ha cambiado radicalmente incluso desde el siglo XX. Solía oponerse a la democracia, el liberalismo y los derechos humanos. Ahora defiende los derechos humanos", agrega.
Hay religiosos que aseguran que, si hombres casados comienzan a ordenarse en la Amazonía, eventualmente podría suceder lo mismo en otras regiones con escasez de sacerdotes, como las islas del Pacífico.
Pero el académico Gregory Ryan argumenta que "si esto sucede, será una excepción".
"Una de las cosas por las que la gente está muy preocupada es si la excepción se convierte en la regla", dice. "Creo que la iglesia resistirá eso instintivamente. La cultura clerical célibe está profundamente arraigada".