Agentes federales de inmigración arrestaron a 680 personas en una planta procesadora de alimentos de Mississippi.
El director interino de Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, Matthew Albence, dijo a The Associated Press que el saldo de arrestos podría significar el mayor operativo en sitios laborales en al menos una década, y probablemente el más grande de la historia en un solo estado.
Las autoridades señalaron que unos 600 agentes inspeccionaron las plantas y rodearon los perímetros para evitar que los trabajadores escaparan.
Agentes federales de inmigración realizaron el miércoles varias redadas de migrantes en procesadoras de alimentos de Mississippi y dieron a entender que las operaciones que iniciaron por la mañana eran parte de allanamientos a gran escala enfocados en los propietarios y los trabajadores.
Las autoridades llenaron dos autobuses de hombres y uno de mujeres en la procesadora de carne de pollo Koch Foods Inc., en el pueblo de Morton, a 64 kilómetros al este de Jackson.
Los detenidos fueron llevados a un hangar militar para ser procesados por violaciones migratorias. Unos 70 familiares, amigos y residentes del área les despidieron y gritaron, "¡Suéltenlos!, ¡Suéltenlos!" Después llegaron dos autobuses más.
Koch Foods Inc. no tiene relación con los hermanos Charles y David Koch, prominentes donantes conservadores políticos y activistas. La compañía no respondió de inmediato a un mensaje que se le envió en busca de comentarios.
Acompañado de su padre, un niño de 13 años lloraba mientras ondeaba el brazo para despedirse de su madre, una guatemalteca empleada en Koch. A los trabajadores que confirmaron su estatus de residencia legal se les permitió irse pero no sin antes una revisión a la cajuela de sus autos.
"Fue una situación triste dentro", dijo Domingo Candelaria, residente legal y trabajador de Koch.
La operación fue otra muestra de la manera en la que el gobierno delpresidente Donald Trump realiza su emblemática política nacional para combatir la inmigración ilegal.
Horas más tarde, Trump tenía planeado visitar El Paso, Texas, donde un atacante vinculado a una diatriba en línea sobre una "invasión hispana" presuntamente mató a tiros a 22 personas en esa ciudad fronteriza.
Tales grandes muestras de fuerza eran comunes bajo el gobierno del expresidente George W. Bush. El expresidente Barack Obama los evitó, limitando sus operaciones en centros laborales a auditorías de bajo perfil que fueron realizadas lejos de la vista pública.
Trump reanudó las redadas laborales, que son raras porque necesitan meses de preparación y muchos recursos. El año pasado, el gobierno hizo una redada en una empresa de jardinería cerca de Toledo, Ohio, y en una planta procesadora de carnes en el oriente de Tennessee.