La Habana, Cuba.- El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, destacó el uso del gobierno chino para combatir al coronavirus 2019 del fármaco nCoV con ‘Interferón alfa 2B’ (IFNrec) en el tratamiento contra la enfermedad.
Desde su cuenta de Twitter, Díaz-Canel celebró la víspera el uso del medicamento cubano que se elabora desde el 25 de enero en la planta china-cubana ChangHeber, ubicada en la localidad de Changchun, provincia china de Jilin.
"Nuestro apoyo al gobierno y pueblo chino en sus esfuerzos por combatir el coronavirus", dijo.
Hasta el momento se sabe que ha logrado curar a más de mil 500 pacientes y es uno de los 30 fármacos escogidos por la Comisión Nacional de Salud china para curar la afección respiratoria.
“Interferón alfa 2B tiene la ventaja de que ante situaciones como estas es un mecanismo para poder protegerse, su uso evita que los pacientes con posibilidades de agravarse y complicarse lleguen a ese estadio, y finalmente tengan como desenlace la muerte”, explicó al diario Granma Luis Herrera Martínez, asesor científico y comercial del grupo empresarial BioCubaFarma.
Desde hace años se hizo una transferencia de tecnología a la provincia china, de lo cual surgió la planta conjunta donde se realiza el producto "exactamente con la misma tecnología que nosotros, y que responde a los estándares de calidad que fueron aprobados por las autoridades” de ambas naciones, agregó Martínez.
IFNrec también se aplica contra infecciones virales provocadas por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), la papilomatosis respiratoria causada por el papiloma humano, el condiloma acuminado y la hepatitis tipos B y C, además en terapias contra diversos tipos de cáncer.
Pese al bloqueo económico, financiero y comercial que mantiene Estados Unidos contra la isla caribeña, el sistema médico cubano ha sido reconocido a nivel internacional.
Por ejemplo el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) felicitó a la isla en 2018 por conseguir la tasa más baja de mortalidad en su historia, con 4.0 por cada mil nacidos.
En 2015, recibió el primer reconocimiento mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al eliminar la transmisión del VIH de madres a hijos y de la bacteria causante de la sífilis.