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San José.- Una extraña mezcla de piña y cocaína no es ningún cóctel tropical exótico.
La realidad es otra: son cilindros de cocaína insertados en piñas sin pulpa y láminas de droga ocultos en cajas de la fruta.
Todo es parte de un andamiaje del crimen organizado para el tráfico de cocaína, producida en Colombia, que es enviada a Estados Unidos y a Europa desde Costa Rica mediante artimañas para esconderla en cargamentos de piña costarricense.
Un agente antidroga de Costa Rica inspecciona una piña en un allanamiento realizado este viernes en el norte del territorio costarricense, a una compañía de ese país productora de esa fruta a la que se liga con operaciones de contrabando de cocaína por mar a Europa. Foto: Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica
Empeñada en proteger sus exportaciones de piña, de la que es el principal productor mundial y a la que mantiene como uno de sus emblemas en el comercio mundial, Costa Rica allanó este viernes uno de los focos claves de esa modalidad del contrabando internacional de cocaína: dos empresas costarricenses que, de noviembre de 2017 a agosto de 2018, remitieron más de 924 kilogramos del estupefaciente a EU y España.
Las investigaciones tienen “el propósito de proteger los sistemas de exportación del país que están siendo usados por el crimen organizado para enviar droga por mar desde Costa Rica a países como Bélgica, Alemania, Holanda, España e Inglaterra” y a EU, informó esta noche el Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica.
Como parte de dos indagaciones separadas, agentes de la Policía Control de Drogas (PCD), adscrita a ese ministerio, incursionaron a dos compañías productoras de piña instaladas en la zona norte de Costa Rica, reportó.
Una de las firmas es Corporación Difari S.A. Según un informe que Seguridad Pública emitió esta noche, se trata de una sociedad que exporta piña a varios países de Europa y está inscrita a nombre de un costarricense de apellidos Mora Sequeira, de 42 años, y con antecedentes por agresión con arma y conducción temeraria.
De acuerdo con el reporte oficial, a Difari se le vinculó con dos envíos marítimos de droga a España, uno de 745 kilos de cocaína en noviembre y diciembre de 2017 que permitió la captura en nueve personas territorio español; y otro de 67 kilogramos descubierto el pasado 7 de agosto, también en ese país ibérico.
La otra fue oficialmente identificada como Inversiones Joss S.A, que exporta piña a EU y está inscrita a nombre de un costarricense de apellidos Salazar Solórzano, de 34 años, sin antecedentes penales.
Los datos oficiales ligaron a Joss con dos operaciones de contrabando de cocaína por mar descubiertas el 22 y el 29 de agosto pasados en el puerto estadounidense de Wilmington, en el estado de Delaware y sobre el litoral del Océano Atlántico.
Un perro adiestrado en detectar drogas es guiado este viernes por un policía costarricense en una bodega, durante un allanamiento en el norte de Costa Rica a una empresa piñera de este país a la que se involucra en el contrabando de cocaína en cargamentos marítimos de piña a Europa. Foto: Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica
Por ninguno de los dos hechos hay detenidos por el momento en Costa Rica, confirmó Seguridad Pública.
Los métodos.
La PCD explicó en el informe que las investigaciones permitieron revelar que, en el caso de Difari, la cocaína en apariencia era traficada dentro de cilindros ocultos en el cuerpo de la piña, a la que cortaban minuciosamente para vaciarle o extraerle la pulpa.
Luego colocaban los cilindros dentro de la fruta y “los bañaban con un líquido amarillo para simular el aspecto de piña madura para pretender aislar los olores de los productos químicos, todo con la intención de evadir la detección de la droga por parte de los controles policiales o aduaneros”, describió.
El método de Joss fue distinto, ya que la cocaína era camuflada en cajas de cartón introducidas en cargamentos en aparatos contenedores. “Específicamente introducían láminas rectangulares plásticas prensadas de forma muy delgada con cocaína en su interior y las colocaban dentro del corrugado de las cajas de cartón”, puntualizó.
Seguridad Pública detalló que las “investigaciones en contra de estas dos empresas” fueron coordinadas por la PCD con la DEA, agencia antidroga de EU, y la Comisaría General de la Policía Judicial de España, entre otros cuerpos policiales.
Por su posición geográfica cerca de los puntos de producción de cocaína en Colombia y como puente hacia los mercados de consumo en EU, vía Centroamérica y México, o por mar a Europa, Costa Rica se convirtió en el siglo XXI en plataforma de recepción de drogas procedentes del sur de América, para su almacenamiento y reexportación al norte del continente o a los mercados europeos, por aire, tierra y mar.
Un recuento que Seguridad Pública suministró a EL UNIVERSAL precisó que esa dependencia gubernamental decomisó 15.3 toneladas de cocaína del primero de enero al 30 de agosto de 2018. Estadísticas oficiales mostraron que los aparatos de seguridad y de investigación judicial de Costa Rica confiscaron 27 toneladas de cocaína en 2017 y 21 en 2016.
Aunque hay presencia de varias mafias mexicanas del narcotráfico internacional en suelo costarricense, el Cártel de Sinaloa, uno de los más poderosos y peligrosos de México, se consolidó como el que más actividad desplegó en los últimos años en Costa Rica.