San José.- Cada vez que los periodistas independientesnicaragüenses se despiden por las mañanas de sus familias y salen de sus casas en cualquier rincón de Nicaragua a cumplir la misión de informar sobre la violencia política que sacude a su país, avanzan hacia las calles con la duda de que si, en algún momento de la jornada, podrán regresar con vida o serán agredidos y terminarán presos en una mazmorra gubernamental por el único “delito” de decir la verdad.

Zozobra, miedo y angustia, por un lado, y valentía, intrepidez y desafío, por el otro. También son compañeros de viaje de los comunicadores nicaragüenses insertados en los medios periodísticos que, frente a un abultado menú de métodos de acoso del gobierno del presidente de NicaraguaDaniel Ortega, optan a diario por su independencia, resisten y se niegan a plegarse a la versión oficialista de la crisis interna y sus efectos externos.

Seguimiento, vigilancia y control completan el abanico cotidiano en contra del libre ejercicio del periodismo en Nicaragua, en un panorama que empezó a surgir y a progresar desde que Ortega asumió la presidencia en 2007 pero que se agravó con el estallido, el pasado 18 de abril, de multitudinarias protestas callejeras antigubernamentales primero en repudio a una reforma a la seguridad social y luego en un masivo reclamo nacional de democracia y justicia.

En defensa de los medios de prensa dominados por el oficialismo, y por orden del gobierno, fuerzas policiales cercaron hoy una de las más famosas y concurridas rotondas de las rutas de Managuala del Periodista—para impedir todo tipo de presencia disidente, en coincidencia con la conmemoración este sábado del Día Internacional del Periodista.

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Policías nicaragüenses ocuparon este sábado la Rotonda del Periodista, en Managua, para impedir la presencia en ese sitio de comunicadores independientes con motivo de la conmemoración del Día Internacional del Periodista. Foto: Cortesía.

“Hoy en este día los periodistas decimos que no tenemos nada que celebrar, porque nos han coartado la libertad de expresión”, acusó el nicaragüense Dennis García, corresponsal de Radio Corporación, de Managua, para los departamentos (estados) de MadrizEstelí Nueva Segovia, en el norte de Nicaragua, y con ocho años de experiencia periodística.

“La situación se volvió más difícil después del 18 de abril. Nos quieren censurar, cerrar nuestros espacios en los medios independientes, nos quieren arrestar y nos quieren callar pero no nos van a callar ni nos van a seguir callando”, dijo García, al describir en una entrevista con EL UNIVERSAL un escenario de “persecución y asedio, con amenazas en redes sociales de censurarnos y acoso de los paramilitares y de los policías cerca de nuestras casas”.

“La situación se ha vuelto más difícil en la actualidad, porque a medida que pasa el tiempo, la persecución es más continua”, advirtió.

Con 25 años de vida periodística y 15 de ser corresponsal en Madriz del diario La Prensa, el principal de Nicaragua, el reportero nicaragüense William Aragón advirtió: “Para el gobierno el mayor enemigo de la información son los medios independientes. Ser periodista independiente, no pertenecer a los medios del gobierno, es ser enemigo del gobierno”.

Sin embargo, el mandatario aseguró que en Nicaragua sí hay libertad de expresión y de prensa. En una entrevista con la agencia española de noticias EFE difundida el 4 de septiembre anterior, Ortega alegó que “hay tanta prensa libre que incluso hay un programa donde entrevistan estos días a encapuchados que son paramilitares armados por la derecha y donde salen diciendo tranquilamente que ‘hacen falta más muertos aquí’. Así tranquilamente lo dicen”.

“No sé qué pasaría en otros países con un entrevistador que entrevista a quien dice que hacen falta más muertos, en un momento en el que está corriendo la sangre en este país”, añadió.

En un conflicto con una cifra de muertos que, según organismos nicaragüenses no estatales de derechos humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), oscila entre 322 y más de 450, una agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) culpó el pasado 29 de agosto a Ortega de lanzar una “respuesta represiva” a las protestas pacíficas que comenzaron en abril. El gobierno desplegó “el uso de la fuerza letal” de efectivos policiales y paramilitares contra “amenazas no letales” de los opositores pacíficos, recalcó.

Ortega, cuyo gobierno solo reconoce 198 muertos, refutó las acusaciones en su contra y, entre otros alegatos, negó que haya represión y paramilitares, rechazó adelantar los comicios de 2021 a 2019 y replicó que los opositores responden a una maniobra de golpe de Estado en su contra impulsada por Estados Unidos. La oposición, recalcó, es golpista y terrorista busca revocar lo que definió como logros sociales de sus más de 11 años de gobierno.

¿Prensa libre? Más de cuatro meses después de que la crisis nicaragüense recrudeció, el panorama para el periodismo independiente es incierto.

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Comunicadores oficialistas nicaragüenses se instalaron este sábado en la Rotonda del Periodista, en Managua, para festejar el Día Internacional del Periodista. Foto: Cortesía.

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que aglutina a gran cantidad de empresas periodísticas del Hemisferio Occidental, confirió el pasado martes el Gran Premio Libertad de Prensa 2018 al periodismo independiente de Nicaragua por “su profesionalismo y valentía frente a la violencia indiscriminada del régimen de Daniel Ortega”.

La Relatoría Especial sobre Libertad de Expresión de la CIDH, instancia de la estructura de la Organización de Estados Americanos (OEA), condenó hoy los “ataques, presiones políticas y censura indirecta contra periodistas y medios de comunicación en Nicaragua”.

A consulta de EL UNIVERSAL, la no estatal Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua (CPDH)puntualizó que la crisis arroja un comunicado muerto—Ángel Gahona, en abril en la zona del Caribe--, uno preso, Edwin Carcaché, y amenazas a “la mayoría de periodistas independientes”.

En una entrevista con este periódico, Aragón alertó que “trabajamos bajo el riesgo de que en las confrontaciones, en los enfrentamientos con policías, paramilitares, parapolicías y elementos ‘orteguistas’, salgamos golpeados o recibamos un balazo como sucedió a Gahona” en el Caribe.

Tras insistir en que “se nos persigue, nos inventan denuncias”, recordó que “en una ocasión, por estas revueltas desde abril, en redes sociales se manifestó que yo tenía planes de ir a quemar una alcaldía pobre en Madriz. El ‘orteguismo’ movilizó a más de 80 campesinos y creí que iban a llegar a atacar mi casa en Somoto”, capital departamental.

“Estos son los riesgos de la labor periodística de los medios independientes y de los no oficialistas, porque estamos expuestos. El gobierno y su partido (Frente Sandinista de Liberación Nacional) nos ven como enemigos, nos han abierto procesos judiciales”, detalló.

Y de seguido, contó sobre el costo del “delito” de informar sobre la verdad de la violencia política en Nicaragua, con riesgo de muerte, agresión y cárcel: “En el caso mío, han atacado tres veces con arma de fuego a mi casa, exponiendo al peligro a mi familia, a mis hijas y a mí”.

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