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Luego de que Nueva York se declarara en emergencia de salud pública por el resurgimiento del brote de sarampión, se detectó que el primer paciente fue un niño de la comunidad judía de Brooklyn, quien se contagió tras viajar a Israel sin estar vacunado.
Los primeras personas infectadas aparecieron en los barrios de Brough Park y Williamsburg, donde se niega esta población religiosa a vacunarse porque el medicamento contienen el ADN de otros animales y su consumo está prohibido en la ley judía Kosher.
En un testimonio presentado en el noticiero “En Punto”, una habitante de esta comunidad expresa: “las medidas preventivas no son suficiente para inyectar toxinas en el cuerpo de mi hijo”.
Ante esta negativa, Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, declaró que el departamento de salud emitirá multas y advertencias a las personas que continúen sin vacunarse; “la única forma de detener este brote es asegurarnos de que los que no lo estén, se vacunen”, afirmó.
Las sanciones son multas de hasta mil dólares o 15 días de cárcel. También se contempla que las escuelas prohíban el ingreso de los alumnos que no han sido vacunados.
Hasta el momento, en Nueva York se han detectado a cientos de personas contagiadas desde octubre pasado; esta enfermedad se había erradicado en el año 2000.