Según el gobierno estadounidense, como parte del acuerdo para evitar laimposición de 5% de aranceles a las importaciones mexicanas se negociaron cosas que aún no se han dado a conocer. México rechaza la versión y asegura que más bien habrá una reunión en 45 días para evaluar qué funcionó y si hay que hacer algo adicional.
Esto es lo que no sabemos del acuerdo entre ambos países.
* El presidente Donald Trump asegura que México aceptó comprar más productos agropecuarios a Estados Unidos.
* La embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, afirma que “el comercio de bienes agrícolas podría aumentar drásticamente en los próximos meses” por la suspensión de aranceles y la ratificación del acuerdo comercial T-MEC.
* En el mismo sentido, el canciller mexicano Marcelo Ebrard estima que la no imposición de aranceles “aumentará el crecimiento económico y, por ende, la demanda de productos entre ambos países, tanto manufactureros como de origen agropecuario”.
*Trump asegura que una parte del acuerdo migratorio y de seguridad alcanzado con México será revelada en “un futuro no muy distante” y que requerirá de la aprobación del Congreso en México.
* El vicepresidente Mike Pence afirma que parte del acuerdo es la instalación en territorio mexicano de puntos de vigilancia para contener a los migrantes que logren pasar, algo que no menciona el comunicado difundido el viernes pasado.
*El gobierno mexicano subraya que no hay nada oculto, que lo acordado es lo que ya se reveló en el comunicado del viernes.
* El canciller Ebrard difundió hoy en Twitter el acuerdo, que incluye el despliegue de la Guardia Nacional en todo el territorio nacional para frenar a los migrantes.
*Asimismo, señala que se extenderá el programa por el cual los solicitantes de asilo en Estados Unidos serán retornados a México para que en este país esperen la resolución de sus procesos.
*Ebrard informó que en 45 días se hará una evaluación de si con las medidas tomadas disminuyó el flujo irregular de personas. En caso contrario, México evaluaría la posibilidad de convertirse en un "tercer país seguro", es decir, acoger a los indocumentados que pidan asilo en Estados Unidos, algo que ha exigido la administración Trump.