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Con tan solo teclear en un buscador “vacaciones con animales” se puede encontrar una variada oferta de planes de ocio que incluyen encuentro con animales: desde hoteles en los que admiten mascotas hasta la interacción con especies exóticas o salvajes y, aunque puedan resultar atractivas, en ocasiones incurren en crueldad.
No es extraño ver en redes sociales fotos de personas en el lomo de un elefante en un paraje paradisiaco. Esta es una de las prácticas que, aunque puede parecer inofensiva, esconde una historia de maltrato.
EFE/Barbara Walton
Las estadísticas dicen que en Tailandia hay alrededor de 10 mil elefantes en cautividad. Algunos de ellos son los que, explotados por sus dueños, pasean a los turistas.
Estos animales son apartados de sus madres cuando son crías y domesticados con técnicas muy dudosas. También es normal verlos encadenados o encerrados cuando no están “prestando el servicio”.
La asociación World Animal Protection lleva años recogiendo en sus campañas algunas de las atracciones turísticas más dañinas para los animales y documentando los logros en materia de protección del entorno en el sector turístico.
Además de la de los elefantes, World Animal Protection señala otras prácticas crueles: sacarse fotografías con crías de tigre y león; sostener y fotografiarse con tortugas marinas; o los espectáculos de delfines.
Tanto las crías de leones como de tigres son apartadas de sus madres y sus manadas y encadenadas para que el turista, tras pagar el precio convenido, lo abrace y se lleve la fotografía a casa.
La protectora, según informa en su web, contabilizó en un informe, hace tres años, que había alrededor de 830 tigres retenidos en locales para fines turísticos.
Los animales que son usados para estas atracciones no pueden ser devueltos nunca a la naturaleza porque han sido criados para convivir con los humanos, por lo que, cuando crecen, les espera una vida en cautividad, probablemente de espectáculo en espectáculo.
Los animales marinos siempre han resultado atractivos para las personas. En las últimas décadas del siglo pasado proliferaron centros de entretenimiento en el que la diversión la ponían animales como los delfines.
EFE/Enrique de la Osa
Estos centros están prohibidos en algunos países, en otros se aplican leyes restrictivas, pero en otros siguen siendo legales y operativos.
Salpicar, saludar, nadar con niños, atravesar aros y hacer otras piruetas es lo que espera a los delfines en estas funciones. Permanecen toda su vida en espacios acotados.
Comportamientos alterado
Al teclear en búsqueda de imágenes “tiburón ballena”, de las primeras que aparecerán en la pantalla son de estos impresionantes animales con alguna persona nadando cerca.
Istock
“Convivencia con tiburón ballena”, “nadar con tiburones ballena", “¿cuánto cuesta nadar con tiburón ballena?”.
Según publica Agencia Sinc -Servicio de Información y Noticias Científicas-, los tiburones ballena están en peligro de extinción y sus poblaciones en aguas asiáticas ha disminuido 63% en las últimas tres generaciones.
Esta atracción, bajo la etiqueta de ecoturismo, no parece serlo tanto. Un equipo de Royal Society Open Science ha investigado cómo la práctica de alimentar a los tiburones ballena en Oslob, en Filipinas, está alterando el comportamiento natural de estos animales y podrían desarrollar una dependencia alimentaria en otras fases de su vida.
La alteración del comportamiento natural del animal por la interacción del hombre también se ha documentado en otras especies, como las rayas, otra de las especies predilectas para viajeros e "instagrammers".
Desde hace años se está apoyando un tipo de turismo sostenible que busca minimizar el impacto de los viajeros en otras comunidades y ecosistemas. Se han desarrollado leyes de protección y, poco a poco, se lucha contra la crueldad animal, pero la responsabilidad comienza por uno mismo y es necesario viajar con conciencia.
Los animales no están para satisfacer la curiosidad de los turistas o para que sus fotografías obtengan más “likes”. Y para saber cómo actuar, diferentes asociaciones han redactado consejos a la hora de viajar.
World Animal Protection, por ejemplo, ha publicado una guía para ser “amigable con los animales durante los viajes”.
Sus expertos proponen lo siguiente, antes de reservar cualquier experiencia…
- Investigar sobre el trato a los animales.
- Preguntar al operador turístico si sus viajes siguen una política de bienestar animal.
- Evitar actividades que exploten animales.
- Ser consciente de que, si bien hay que ser respetuoso cuando se viaja, la cultura no es una excusa en la que se pueda parapetar la crueldad y el maltrato.
También ofrecen una gran recomendación para cuando se regresa: compartir con los amigos y familiares las experiencias y reportar a las autoridades correspondientes si ha sido testigo de algún caso de maltrato en los animales.