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Tras un histórico apretón de manos, el primer encuentro cara a cara entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, finalizó luego de 50 minutos.
Ahora iniciaron una segunda reunión de su histórica cumbre en Singapur, esta vez con algunos miembros de sus respectivas delegaciones.
Trump dijo a los periodistas que su reunión de 48 minutos a solas con el líder norcoreano había ido "muy, muy bien", y Kim no respondió a la pregunta de si está dispuesto a deshacerse de sus armas nucleares.
Por su parte, Kim comentó al inicio del encuentro con las delegaciones que agradecía poder estar ahí para "hablar de temas importantes" y prometió que colaborará con Trump, quien aseguró: "Vamos a trabajar para resolver los problemas juntos".
Se espera que el segundo encuentro dure una hora y media, y en él participan también el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que se ha reunido dos veces con Kim en Pyongyang; y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly.
Por el lado estadounidense también estaba el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, cuyas declaraciones sobre la cumbre irritaron profundamente a Corea del Norte el mes pasado.
A la derecha de Kim Jong-un se sentó Kim Yong-chol, considerado uno de sus más estrechos colaboradores y una de las figuras de más peso del régimen en cuanto a relaciones exteriores y espionaje.
En los flancos de la mesa se situaron Ri Yong-ho, actual canciller norcoreano, y Ri Su-yong, excanciller y otra figura considerada muy cercana al mariscal norcoreano ya que fue embajador en Suiza cuando Kim Jong-un estudió en su niñez en el país alpino.
La reunión, cuyo objetivo es tratar la posible desnuclearización de Pyongyang, es la primera entre mandatarios de ambos países tras casi 70 años de confrontación a raíz de la Guerra de Corea (1950-1953), y 25 de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa atómico norcoreano.