Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó el viernes que este fin de semana comenzará una operación masiva para deportar a migrantes irregulares. 

"Ellos vinieron de forma ilegal", dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca. "Van a sacar a la gente y llevarlas de vuelta a sus países", explicó.

Ayer, legisladores demócratas pidieron al presidente de Estados Unidos que proteja a las familias y a los niños ante un masivo operativo para deportar a inmigrantes en situación irregular que se prevé que comience este fin de semana.

Un alto funcionario de inmigración dijo que ICE tiene a millones de nombres en su lista de personas susceptibles de deportación, pero que los operativos habían sido suspendidos unas semanas, en parte debido a resistencias dentro del organismo, según el artículo del diario.

La operación, que comenzaría el domingo, está dirigida a 2 mil personas en al menos 10 ciudades y podría incluir "deportaciones colaterales", lo que significa que quienes estén en el lugar con los inmigrantes buscados también serán aprehendidos por los agentes.

Los demócratas reaccionaron diciendo que estos planes amenazan potencialmente a personas que han vivido desde hace años en Estados Unidos y cuyas familias incluyen en muchos casos a hijos estadounidenses.

La líder de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi calificó los planes como un acto "sin corazón" y dijo que el domingo es el día en que muchas familias de origen latino van a la iglesia.

"Las familias deben estar juntas, todo el mundo en este país tiene derechos. Muchas de estas familias tienen estatuto mixto", dijo en referencia a que en los hogares viven personas en situación irregular con hijos o esposos estadounidenses o que tienen una situación migratoria legal.

El líder de la minoría demócrata en el Senado Chuck Schumer pidió que "dejen que separar a los niños de sus familias".

"Díganles a sus agencias que dejen de separar a los niños de sus padres", instó.

 Una demanda contra las deportaciones 

Varias organizaciones de derechos humanos se agruparon para demandar al fiscal general, William Barr y a las agencias involucradas en los procesos para impedir las deportaciones, afirmando que esto viola el debido proceso.

Ken Cuccinelli, el director interino de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración en la Casa Blanca, dijo el miércoles que el organismo está autorizado a expulsar a cerca de un millón de personas, pero admitió que no hay recursos humanos ni capacidades logísticas para ejecutar todas estas operaciones.

"Van a ocurrir seguro. Hay aproximadamente un millón de personas en este país con órdenes de expulsión", confirmó el funcionario, quien señaló que la cantidad de personas detenidas en la frontera cayó en junio con respecto a mayo, pero que Estados Unidos todavía se enfrenta a una "crisis humanitaria mayor".

En junio, Trump anunció que Estados Unidos deportaría a "millones de extranjeros ilegales", en línea con su discurso de lucha contra la inmigración irregular, un eje de su campaña y de su gobierno.

A principios de 2017, anunció un endurecimiento de la política migratoria y en 2018 lanzó su política de "tolerancia cero", que propició que más de 2.300 niños fueran separados de sus padres migrantes.

Desde octubre del año pasado, el presidente se ha referido a las caravanas de migrantes centroamericanos que buscaban llegar a Estados Unidos para huir de la pobreza y de la violencia como una "invasión".

La amenaza de las deportaciones asusta a muchas comunidades en Estados Unidos y muchas asociaciones han distribuido manuales que incluyen instrucciones sobre cómo comportarse si son requeridos por agentes y cuáles son sus derechos.

Pelosi también aconsejó a los migrantes al explicar las diferencias entre una orden de deportación y una orden de registro.

"Si un agente de ICE no tiene una orden firmada por un juez, una persona puede negarse a abrir la puerta", dijo leyendo un instructivo.

Según los funcionarios entrevistados por The New York Times, el objetivo del gobierno es demostrar su fuerza para disuadir a familias que evalúan acercarse a la frontera con México para cruzar a Estados Unidos.

El martes el Departamento de Seguridad Interior (DHS) informó que los arrestos de migrantes en la frontera con México cayeron un 28% a 104.344 arrestos en junio en comparación con el mes anterior, pero las autoridades afirmaron que la situación sigue siendo "una emergencia".

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