La cantidad de paquetes de "polvo blanco" hallados en las playas de la costa atlántica francesa no para de crecer.
"Desde mediados de octubre --y con una intensificación a mediados de noviembre-- hemos constatado la llegada de paquetes de cocaína a lo largo de varios cientos kilómetros de costa!, dijo el martes a la AFP Philippe Astruc, el fiscal de la ciudad de Rennes, que investiga el asunto.
Hasta el martes se habían recuperado un poco más de mil kilos de cocaína y esta cifra podría seguir creciendo.
"Cada marea trae su lote", explicó Astruc que espera aún llegadas relativamente importantes de alrededor un centenar de kilogramos de cocaína por día a lo largo del litoral atlántico.
Hasta el momento se desconoce la procedencia de estos paquetes de droga, del tamaño de una caja de zapatos, y perfectamente sellados con papel celofán. Pero las autoridades piensan que podría tratarse de un cargamento, probablemente de Sudamérica, que cayó al mar tras una tormenta o un problema mecánico.
"Hemos identificado claramente con los servicios de investigación este tipo de arribos por vía marítima, a menudo son veleros o buques de carga que traen cargamentos de Sudamérica y que transitan por el Caribe", dijo Astruc.
Según el diario Le Parisien, los paquetes llevan inscrita la mención "Diamante" o "Brillante", en español, que es el código usado por los productores de drogas para describir el tipo de cocaína y su pureza.
Los investigadores están examinando los registros marítimos desde mediados de octubre en busca de pistas, indicó el fiscal de Rennes.
Alrededor de 100 investigadores están trabajando con sus homólogos europeos, así como con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, para tratar de averiguar la procedencia de los paquetes.
Las aduanas francesas recuperaron también una parte del cargamento en el mar.
Para Philippe Astruc se trata de un caso "excepcional" por la cantidad de fardos que "llegan de manera dispersa en un área tan grande".
El caso plantea también un problema de salud pública. La cocaína hallada es de una pureza del 83% y por lo tanto altamente peligrosa.
"Tememos que la gente intente encontrar estos paquetes y los consuma, lo que es increíblemente peligroso, o que traficantes o pseudos traficantes se aprovechen de esto para 'ganar algo de dinero aquí'", dijo Astruc.
Pero esto no ha impedido que algunos intenten hacerse con las drogas, lo que ha obligado a las autoridades a cerrar media docena de playas y a desplegar patrullas de control.
El lunes, un joven de 17 años fue detenido con cinco kilos de cocaína encontrados en Lacanau, una playa cerca de Burdeos, que había sido cerrada al público.
Asimismo, a inicios de semana un periodista de la AFP vio a decenas de personas escrutando la arena en la playa de Le Porge, cerca de Burdeos, para intentar dar con uno de los lucrativos paquetes.
Martine, una mujer que se paseaba con su perro, encontró un paquete al borde del mar. "Nos acercamos por curiosidad. Nos dimos cuenta de que era droga. No tocamos el paquete porque nos dijeron que podía ser peligroso", contó la mujer, que alertó de inmediato a la policía.
"¡Fue tentador!... Pero somos personas honestas", dijo esta mujer que no dio su apellido.