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Reanuda operaciones aeropuerto de Hong Kong; manifestantes se disculpan

En internet, los manifestantes publicaron cartas y material promocional pidiendo disculpas a los pasajeros y al público en general por los inconvenientes causados en las cinco jornadas de sentadas en el aeródromo

Foto: AFP.
14/08/2019 |08:45
EL UNIVERSAL San Luis Potosí
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Los vuelos se reanudaron el miércoles por la mañana en el aeropuerto de Hong Kong luego de dos días de cancelaciones marcadas por brotes de violencia que pusieron de manifiesto las posiciones cada vez más enfrentadas de manifestantes prodemocracia y autoridades en el territorio semiautónomo chino, que es uno de los principales centros de transporte del mundo.

Alrededor de tres docenas de manifestantes estaban acampados en la zona de llegadas del aeropuerto, un día después de que una multitudinaria manifestación y la violencia de una turba encolerizada obligaron a cancelar más de 100 vuelos. Aunque se realizaban controles de identificación, los mostradores de embarque estaban abiertos y los aviones parecían operar con normalidad el miércoles.

Los disconformes repartían panfletos y carteles en una parte de la terminal, pero no impedían el paso de los viajeros. En internet, publicaron cartas y material promocional pidiendo disculpas a los pasajeros y al público en general por los inconvenientes causados en las cinco jornadas de sentadas en el aeródromo.

"No es nuestra intención causar demoras en sus viajes y no queremos ser fuente de problemas para ustedes”, señalaron en un comunicado enviado por correo electrónico por un grupo de manifestantes. "Pedimos su comprensión y perdón mientras los jóvenes en Hong Kong siguen luchando por la libertad y la democracia”.

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Las autoridades aeroportuarias lograron “una orden provisional para impedir que las personas obstruyan o interfieran ilegal y deliberadamente” con las operaciones, explicó la dirección del aeródromo en un comunicado. Se delimitó una zona para las protestas, pero no se permitirá la presencia de manifestantes más allá del espacio designado, agregó.

El aeropuerto cerró el embarque de los vuelos restantes a última hora de la tarde del martes luego de que los inconformes irrumpieron en la terminal y bloquearon el acceso a los controles de inmigración para los pasajeros que pretendían salir de la ciudad. En la víspera se habían cancelado otros 200 trayectos.

La mayoría de los manifestantes abandonaron el aeropuerto luego de que policías armados con espray de pimienta y bastones trataron de acceder a la terminal, enfrentándose con quienes armaron barricadas en las entradas con carros para maletas. Agentes antimotines se enfrentaron brevemente con los disconformes, lo que causó varios heridos y llevó a al menos a un policía a sacar un arma contra sus asaltantes.

El brote de violencia incluyó la agresión de manifestantes a por lo menos dos hombres señalados de ser agentes encubiertos de China. La seguridad del aeródromo pareció incapaz de controlar a la multitud, y los paramédicos se llevaron a los dos hombres más tarde. La policía reconoció haber usado agentes “señuelo”, y durante el fin de semana se vio que algunos manifestantes eran detenidos por personas vestidos como ellos, enmascaradas y de negro.

La policía de Hong Kong reportó la detención de cinco personas por asamblea ilegal, agresión a agentes y posesión de armas. Desde el inicio de las movilizaciones a principios de junio, las autoridades han arrestado a más de 700 manifestantes, la mayoría hombres en la veintena o treintena, pero en la lista también hay mujeres, adolescentes y septuagenarios.

Las protestas en el aeropuerto suponen una escalada en las protestas por lo que muchos residentes de Hong Kong ven como una creciente erosión de las libertades que prometidas en 1997, cuando la China continental, gobernada por el Partido Comunista, asumió el control de la excolonia británica.

Los inconformes piden la renuncia de la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, y la retirada definitiva de una ley que podría enviar a supuestos delincuentes a la China continental para enfrentar torturas y juicios injustos o con motivaciones políticas.