El presidente Donald Trump agradeció a Turquía ayer por liberar al pastor estadounidense Andrew Brunson después de dos años de detención, y dijo que la acción ayudaría a mejorar las tensas relaciones bilaterales, aunque negó un acuerdo con Ankara. Ambos se reunieron en la Casa Blanca.
Brunson, quien vivió en Turquía por más de 20 años, fue acusado de tener vínculos con militantes kurdos y simpatizantes de Fetullah Gülen, el clérigo que radica en Estados Unidos y a quien el gobierno turco culpa por un intento de golpe de Estado en 2016. Brunson ha negado las acusaciones.
“No hago tratos por rehenes. Hubo, sin embargo, un gran reconocimiento de parte de EU, que llevará a buenas, quizás grandes, relaciones entre Estados Unidos y Turquía”, tuiteó el mandatario estadounidense. Agradeció especialmente al presidente Tayyip Erdogan “por su ayuda”, a lo que el líder turco respondió que la decisión había sido de un tribunal.
“Estimado señor presidente, como siempre señalé, el Poder Judicial turco tomó su decisión de manera independiente”, escribió Erdogan en Twitter. “Espero que Estados Unidos y Turquía continúen su cooperación como aliados y luchen juntos contra grupos terroristas”.
Brunson, quien había estado bajo arresto domiciliario desde julio, salió el viernes de Turquía tras su liberación y arribó ayer a EU.
El gobierno turco negó que presiones externas influyeran en la decisión. El caso llevaba meses lastrando las relaciones con Washington.
Trump recibió ayer en la Casa Blanca a Brunson. Arrodillado en el suelo y con la mano en el hombro del presidente, el pastor dijo una oración por Trump, para quien pidió a Dios una “sabiduría sobrenatural”.
Trump amenazó a Arabia Saudita con un “castigo severo” si se prueba que agentes sauditas mataron a Jamal Khashoggi, visto por última vez el 2 de octubre en el consulado saudita en Estambul. Turquía ha dicho tener pruebas de que fue asesinado.