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Un hombre encontró a una bebé todavía con vida que había sido enterrada en una urna de barro cuando cavaba la que iba a ser la tumba de su propia hija, fallecida tras nacer, en el norte de la India.
"Había ido a enterrar a su propia hija y estaba excavando la tumba cuando su pala dio con una vasija de barro", explicó este lunes a Efe Shailesh Kumar Pandey, superintendente de Policía de la ciudad de Bareilly, donde tuvo lugar el hallazgo el pasado jueves, en el estado septentrional de Uttar Pradesh.
El hombre alertó al guarda del cementerio, quien, al examinar la urna, descubrió a la recién nacida y la trasladó al hospital del distrito.
"La condición de la niña ha mejorado mucho", aseguró Pandey.
Las autoridades han iniciado una investigación para hallar a los padres de la bebé, cuya identidad se desconoce por el momento.
El hombre que descubrió a la bebé había perdido a su propia hija minutos después de que esta naciera prematuramente, precisó la agencia local PTI.
Por el momento se desconoce cómo y por qué la niña fue enterrada al poco de nacer, aunque en la India está extendida la práctica de los abortos selectivos y feticidios femeninos.
La ley india penaliza este tipo de abortos e impide a los médicos revelar el sexo de los fetos, precisamente para poner freno a esta práctica, aunque los estudios clínicos prenatales siguen practicándose clandestinamente.
Un informe de la organización Alianza para la Defensa de la Libertad (ADF) presentado el pasado enero afirmó que 50 mil fetos femeninos son abortados cada mes en el país.
En la India la preferencia por el niño se debe a que el hijo perpetúa el linaje, hereda la propiedad y cuida de sus padres en la vejez, mientras que, en el caso de las niñas, los progenitores deben pagar una cuantiosa dote a la familia del novio.
El censo indio de 2011 reveló que hay 7.1 millones menos de niñas que de niños con edades comprendidas entre los 0 y los 6 años y en la población india (entonces de mil 210 millones de personas) hay 940 mujeres por cada mil hombres.