El gobierno interino de Bolivia anunció este jueves que instaló una "mesa de negociación" con dirigentes del partido del expresidente Evo Morales con el fin de reducir las tensiones, en medio de protestas que se han extendido durante cuatro semanas, informó un ministro.

"Estamos en una mesa de diálogo, creemos que es posible pacificar el país", indicó el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano.

En el diálogo participan, de acuerdo con el funcionario, delegados de la presidenta interina Jeanine Áñez y congresistas del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Morales, en particular la senadora Adriana Salvatierra, extitular de la cámara alta, y la diputada Betty Yañíquez.

Justiniano dijo que las negociaciones están en un receso para estudiar las "condiciones" puestas por el MAS para establecer un acuerdo.

"Si quieren una ley que les garantice que no habrá persecución política, perfecto", sostuvo. Además, "nos han pedido: queremos salvoconducto para todos nuestros dirigentes".

Ambas condiciones, dijo, les serían concedidas. "Si llegamos a un ámbito de pacificación, tienen todas las condiciones para quedarse en el territorio nacional".

"Han pedido inclusive la posibilidad de que  pueda venir libremente. No tiene problema. Es un ciudadano más, él es el expresidente", señaló Justiniano.

No obstante, "lamentamos mucho las declaraciones incendiarias del presidente que no están buscando paz".

Morales dijo en una rueda de prensa el miércoles en México, donde se encuentra en calidad de asilado, que está dispuesto a retornar a su país para pacificarlo si el pueblo se lo pide.

"Él mismo se hace ver como el salvador de la patria (...) Yo creo que declaraciones como estas son las que solamente incendian", estimó el ministro, quien dijo que el objetivo del diálogo es que "La Paz vuelva a la normalidad".

Protestas en Bolivia

Las calles de La Paz son escenario de manifestaciones de partidarios de Morales, que desconocen al gobierno provisorio y exigen la restitución del mandatario indígena, que renunció bajo presión de protestas opositoras y a pedido de las fuerzas armadas tras acusaciones de irregularidades en las elecciones donde resultó ganador.

Bolivia está sumida en una crisis tras los recientes comicios generales, ante las denuncias de fraude para garantizar la reelección de Morales para un cuarto mandato hasta 2025.

Una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) al proceso electoral detectó "serias irregularidades" y recomendó realizar nuevos comicios.

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Al agudizarse la situación, Morales anunció su renuncia a la Presidencia y viajó el lunes en condición de asilado a México, tras hacer llegar su carta de dimisión al Legislativo.

Las protestas, que inicialmente fueron en contra de Morales y ahora las protagonizan sus sectores afines, han dejado doce muertos, 508 heridos y 460 detenidos en distintos incidentes en veinticinco días de manifestaciones, según datos de la Defensoría del Pueblo.

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