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Al menos 36 personas murieron hoy y otras 91 resultaron heridas en un doble atentado en Bagdad, el más grave desde que el Gobierno iraquí anunció la victoria en la guerra contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) el pasado diciembre.
El atentado, el más sangriento en la capital iraquí desde febrero de 2017, tuvo como blanco un grupo de desempleados que se concentraba a primera hora de la mañana en la céntrica plaza Al Tayarán (La Aviación) para buscar trabajo temporal.
De momento, ningún grupo terrorista ha reivindicado la autoría del atentado, aunque el EI se ha atribuido la gran mayoría de los ataques de esta naturaleza cometidos en el país en los últimos tres años.
Las explosiones se produjeron de forma casi simultánea y fueron llevadas a cabo por dos terroristas suicidas pertrechados con cinturones explosivos, según una fuente de la Policía iraquí.
Los terroristas detonaron las cargas que llevaban encima de forma secuencial, al lado del grupo de hombres que, como cada mañana, esperaban la llegada de empleadores que ofrecen trabajo temporal, generalmente en obras de la construcción en la región de la capital.
La plaza Tayarán ha sido blanco de atentados terroristas en otras ocasiones, en especial en la época de violencia sectaria que se desató en el país en 2006, ya que es un lugar frecuentado sobre todo por chiíes, aunque también por suníes.
Las víctimas mortales son obreros y civiles que pasaban por casualidad por la plaza, pero entre los heridos sí hay varios policías, según la fuente.
Un herido leve llamado Mohamed Abdelamir, profesor de 34 años, que se encontraba desayunando en un restaurante popular de la plaza Tayarán en el momento del atentado, relató a Efe la secuencia de los hechos.
La primera explosión se produjo alrededor de las 07.20 hora local (04.20 GMT) y entonces Abdelamir salió del restaurante en medio de una gran nube de humo y polvo y de los gritos de los heridos.
En ese momento se produjo una segunda explosión, que derribó al profesor causándole heridas leves.
"Vi cadáveres desperdigados por todas partes y mucha sangre en el suelo. Y lloré por esta gente humilde que salió de casa para proveer un bocado para sus niños", comentó.
Después del ataque, las fuerzas de seguridad se desplazaron al lugar e impusieron un cordón policial, con el fin de evitar otros posibles atentados, mientras las ambulancias evacuaron los cadáveres y a los heridos a hospitales de Bagdad.
Este es el segundo atentado en tres días en la capital iraquí, después del ocurrido el sábado, en el que tres personas murieron y otras diez resultaron heridas por la explosión de un coche bomba en la zona Al Kademiya, en el norte de la urbe.
Tras el atentado de hoy, el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, se reunió con los comandantes militares y de inteligencia en la sede de la comandancia de Operaciones de Bagdad, según informó el Gobierno.
En esa reunión, Abadi dio instrucciones para que se persiga a las células terroristas durmientes del EI y se las castigue por el atentado, a la vez que ordenó que se extremen las medidas de protección a los ciudadanos.
Abadi anunció la victoria contra el EI el pasado 9 de diciembre, poniendo fin a una guerra que ha durado tres años, después de que las tropas gubernamentales arrebatasen a los yihadistas los últimos reductos de territorio que controlaban en el desierto de la zona de la frontera siria.
A pesar de ese anuncio, el EI ha continuado cometiendo atentados y ataques armados casi a diario en territorio iraquí, en especial en Bagdad y sus alrededores.
Según cifras de la oficina local de la ONU, en Bagdad murieron 24 civiles y otros 98 resultaron heridos en ataques terroristas el pasado diciembre, cifras que superan un tercio del total de víctimas de ataques terroristas perpetrados en todo el país en ese periodo.
El número de atentados y de víctimas ha descendido de forma palpable en los últimos meses coincidiendo con la pérdida de los últimos bastiones de los yihadistas, que en 2014 llegaron a controlar casi la mitad del territorio del país.