Un nuevo capítulo de la controversia sobre el papel de Rusia en Estados Unidos se desarrolla este miércoles en Washington, con la presentación ante una corte de una joven rusa acusada de ser una espía y buscar infiltrarse en el aparato político estadounidense.

María Butina, de 29 años, fue detenida el fin de semana y es acusada de actuar como "agente no declarado de un gobierno extranjero" y de "conspirar" para infiltrarse en organizaciones políticas estadounidenses "para promover los intereses de la Federación Rusa", de acuerdo con la denuncia presentada por el Departamento de Justicia.

El anuncio de su arresto e inculpación ocurrió el lunes, apenas pocas horas después de la cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin.

Butina debe ser presentada este miércoles para una audiencia preliminar ante un tribunal en la capital estadounidense. Por los cargos presentados, está expuesta a una pena de cinco años de cárcel.

El abogado de la joven rusa, Robert Driscoll, descartó las alegaciones y afirmó que Butina había "cooperado con diversas entidades gubernamentales desde hace meses", incluyendo una revisión de su domicilio realizada por el FBI en abril.

La joven pelirroja se había tornado conocida en el ámbito ultraconservador estadounidense como la cara visible de una organización no gubernamental en favor de las armas de fuego, "Derecho a las armas".

Originaria de Siberia, Butina publica frecuentemente fotos en las redes sociales en que aparece manipulando armas para denunciar la estricta regulación de acceso a las armas de fuego en su país.

Pero las autoridades estadounidenses se concentraron en los múltiples contactos que mantuvo a partir de 2015 con el poderoso lobby local de armas, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), una entidad estrechamente ligada al Partido Republicano.

En las redes sociales, Butina también publicaba fotos acompañada de importantes dirigentes republicanos, incluyendo al expresidente de la NRA, David Keene, y el excandidato presidencial y gobernador de Wisconsin, Scott Walker.

PROFUNDIDAD Y SOFISTICACIÓN
En esas fotos, Butina también aparece muy seguidamente acompañada por un funcionario ruso que según la prensa estadounidense es Alexandre Torshin.

Se trata de un alto funcionario del Banco Central ruso, objeto de sanciones estadounidenses. De acuerdo con la prensa, es un hombre próximo del presidente Putin, que en Estados Unidos es miembro permanente del NRA.

Los documentos de la denuncia afirman que Butina poseía un pase VIP para eventos del NRA.

Aunque ya actuaba en Estados Unidos desde 2013, Butina ingresó a Estados Unidos en 2016 con una visa de estudiante para seguir un curso en la American University (UA), en Washington, y desde su llegada fue puesta bajo vigilancia por el FBI.

Según la denuncia, Butina y Torshin trataron de desarrollar relaciones con dirigentes políticos estadounidenses para crear "canales oficiales" de comunicación que puedan "ser utilizados por la Federación Rusa para penetrar el aparato nacional de decisiones políticas".

Para ello, trataban de participar de conferencia de la NRA para establecer contactos con dirigentes republicanos y organizar cenas de "amistad y diálogo" para impulsar una "diplomacia informal" entre los dos países.

En mayo de 2016, en plena campaña para las elecciones presidenciales de ese año, Torshin se habría encontrado con Donald Trump Jr, hijo del ahora presidente, durante un evento organizado por el NRA.

En testimonios citados por la prensa estadounidense, estas actividades mostrarían la "profundidad y sofisticación" de las operaciones rusas de influencia política en Estados Unidos.

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