Exigiendo tener "la última palabra" sobre el Brexit, decenas de miles de manifestantes procedentes de los cuatro rincones del Reino Unido reclamaron el sábado, en el centro de Londres, un segundo referéndum como único modo de resolver la crisis.
Bajo un sol radiante, partieron del céntrico Hyde Park tras una pancarta que decía "Juntos por tener la última palabra" en dirección del Parlamento de Westminster, donde los diputados celebraban una sesión excepcional para debatir el nuevo acuerdo de divorcio concluido entre Londres y la Unión Europea (UE).
"¿Qué queremos? ¡El voto popular! ¿Cuándo lo queremos? ¡Ya!", gritaba una multitud de todas las edades que había llegado a la capital a bordo de 170 autocares para la ocasión.
"Hicimos una gran tontería" en el referéndum de 2016, cuando los británicos decidieron salir de la UE por 52% de los votos, lamentaba Suzanne O'Hallorin, una jubilada de 64 años.
"Creo que sabemos mucho más hoy que en el momento de aquel referéndum" y "tenemos que votar ahora que conocemos las consecuencias de abandonar la Unión Europea", agregaba esta manifestante, tocada con un gorro con los colores de la bandera europea.
Douglas Hill, un inglés de 35 años, decía compartir este sentimiento. "El primer referéndum fue como saltar a un tren sin destino", dijo a la AFP. Pero "ahora tenemos un destino y necesitamos un segundo referéndum", aseguraba, mientras marchaba con su esposa, de nacionalidad estonia, y su hija pequeña.
Algunos manifestantes, como Theodor Howe, no tenían edad de votar hace tres años pero sienten que la decisión que pesa sobre el país afecta principalmente al futuro de su generación.
Queremos "poder dar nuestra opinión sobre lo que va a pasar", explica este estudiante que viajó desde la lejana Escocia para manifestarse en la capital.
La marcha, en que participaban figuras políticas como el alcalde laborista de Londres Sadiq Khan, llegó en la tarde frente al parlamento británico donde estaba previsto que hablasen varios dirigentes políticos de fuerzas opositoras, incluido el Partido Laborista y el centrista Partido Liberaldemócrata.
Según los organizadores, el movimiento Voto Popular, nunca antes se habían fletado tantos autocares para llevar hasta la capital a los participantes en una manifestación.
Personalidades del mundo del deporte, el espectáculo y los negocios donaron fondos para la organización de la protesta.
La marcha fue organizada en el día que el primer ministro Boris Johnson debía, por ley, pedir un nuevo aplazamiento del Brexit, previsto para el 31 de octubre, si no lograba que el parlamento aprobase el acuerdo de divorcio que el jueves logró in extremis con sus 27 socios europeos.
El Brexit estaba inicialmente previsto para el 29 de marzo pero fue retrasado dos veces ante el reiterado rechazo por los diputados, muy divididos sobre la cuestión, al acuerdo negociado por su predecesora, Theresa May.
Veintinún diputados del Partido Conservador de Johnson fueron expulsados de la formación en septiembre por haberse opuesto a su estrategia en un intento de evitar un temido Brexit sin acuerdo.
En la manifestación del sábado, Nigel Kendall, de 75 años, llevaba una pancarta en la que pedía a los conservadores que se opusiesen al Brexit.
"Fui miembro del partido conservador durante 50 años y lo dejé tras el referéndum" de 2016, explica.
"No tiene ningún sentido que el Reino Unido abandone la UE", justifica apoyándose en "la paz y la prosperidad" que garantiza en su opinión la pertenencia al bloque. "Mi padre luchó en la segunda guerra mundial y no quiero otra guerra", subrayó.