Tampoco ocurrió en la era de las redes sociales donde la información se difunde al instante por todo el mundo.

Sin embargo, el tiroteo de Columbine, del que este sábado se cumplen 20 años, persiste en la memoria colectiva de los estadounidenses como el evento que marcó un antes y un después en la forma de abordar este fenómeno.

Esta misma semana, se generó una gran alarma cuando el FBI anunció que buscaba a una joven de 18 años que, obsesionada con la masacre de Columbine, pretendía causar una matanza similar.

Sol Pais voló el pasado lunes de Miami a Denver (en Colorado, el mismo estado en el que está la escuela de Columbine), donde compró armamento y despertó tal temor que se cerraron todos los centros del distrito escolar al que pertenece Columbine.

El miércoles 17, la joven apareció muerta, en un aparente suicidio.

Pero lo sucedido no hace sino poner de manifiesto el aura de fascinación o hechizo que existe en Estados Unidos en relación con el tiroteo de Columbine.

Qué pasó

El 20 de abril de 1999, dos estudiantes de la escuela secundaria de Columbine, en Littleton, Colorado, entraron en el centro armados con un rifle, un revólver y dos escopetas, y comenzaron a disparar indiscriminadamente a sus compañeros, principalmente en la cafetería y la biblioteca.

Eric Harris y Dylan Klebold mataron a 12 estudiantes y un profesor antes de suicidarse.

También dejaron 21 heridos de bala, y otras tres personas se lesionaron al intentar huir de la escuela.

La masacre podía haber sido mucho mayor de haber explotado las bombas que los dos jóvenes colocaron previamente en algunos rincones de la escuela.

El tiroteo fue objeto de una cobertura mediática sin precedentes para ese entonces e inspiró numerosos libros y uno de los trabajos más aclamados del director Michael Moore, Bowling for Columbine, que en 2003 ganó el Oscar a mejor documental.

Por qué fue tan importante

En aquel momento, la matanza de Columbine fue el tiroteo más letal jamás ocurrido en un centro escolar en EE.UU.

En tiempos en que internet ya era una realidad, pero en los que no existía la cultura de redes sociales que conocemos ahora, lo más llamativo fue la cobertura del suceso en directo.

Familiares de los estudiantes y del personal que trabajaba en la escuela se quedaron pegados frente a televisores que mostraban imágenes de jóvenes corriendo con los brazos en alto y agentes de policía rodeando el lugar.

El tiroteo inspiró a numerosos imitadores y la palabra Columbine se convirtió en una suerte de sinónimo para este tipo de ataques.

Tendrían que pasar ocho años antes de ser superado en 2007 por la matanza de Virginia Tech, en la que un estudiante de origen coreano mató a 32 personas.

Un recuerdo indeleble

"Para la gente de mi generación -millennials- Columbine fue el primer tiroteo en masa en una escuela, del que además fuimos testigos mientras éramos estudiantes. El momento en que ocurrió importó mucho", le dice a BBC Mundo Sascha Cohen, historiadora y escritora estadounidense.

"Posteriormente, muchos profesores y consejeros escolares empezaron a hablar sobre medidas de seguridad y todos nos imaginábamos cómo sería sobrevivir a algo similar en nuestras escuelas.

"Los medios cubrieron Columbine sin descanso, buscando las razones por las que pasó, y apuntaron a la música (Marilyn Manson) y los videojuegos que la gente de mi edad consumía", añade.

"Esto hizo que lo sintiéramos como algo personal, como si toda mi cohorte o generación estuviera siendo observada como potenciales atacantes o potenciales víctimas".

Fascinación por los atacantes

Otro de los elementos que caracterizó el tiroteo de Columbine fue la fascinación que despertaron, y aun despiertan, los autores de la masacre.

Cohen encontró un grupo de blogueras que se hacen llamar Columbiners ("Columbinas") y que escriben en internet sobre su pasión por Eric Harris y Dylan Klebold.

"Dylan y Eric atraen a otras personas jóvenes que se sienten marginadas o víctimas de bullying porque representan la fantasía de vengarte de quien te atormenta y también de permanecer por siempre en la memoria colectiva", explica la historiadora.

Qué cambió

Columbine desencadenó una serie de cambios que, 20 años y múltiples tiroteos colectivos después, se consideran insuficientes, aunque en su momento fueron aplaudidos.

Se introdujo la táctica del Despliegue Rápido de Acción Inmediata que se pone en marca en las situaciones en las que hay un pistolero activo.

También hizo que se pusiera más énfasis en la seguridad de las escuelas y propició que se abriera el debate sobre el control de armas.

Sin embargo, la lectura que se hace actualmente es que, tras los tiroteos de Virginia Tech, Sandy Hook y Parkland, por citar únicamente los ocurridos en centros educativos, la situación no ha hecho más que empeorar.

Si después de Columbine la gente se preguntaba "¿cómo pudo pasar esto?", ahora cada noticia de un nuevo tiroteo se recibe con un resignado "aquí estamos de nuevo".

En estos días de homenajes, muchos medios han optado por unir a sobrevivientes de Columbine con sobrevivientes de la matanza más reciente, la de la escuela Stoneman Douglas en Parkland, Florida, ocurrida el 14 de febrero de 2018.

En uno de estos encuentros, Zach Cartaya, sobreviviente de Columbine, se dirigió a uno de los jóvenes de Parkland para decirle: "Lo siento".

Unas palabras que quizá resumen el remordimiento colectivo por no haber sido capaces de erradicar, dos décadas después, este tipo de tragedias.

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