La publicación británica The Economist da a conocer hoy un análisis del tiroteo que se desató el jueves pasado en Culiacán, y advierte que muestra un “nuevo nivel de fracaso para las autoridades mexicanas”.
Al menos ocho personas murieron en los hechos registrados en esa ciudad mexicana, cuando narcotraficantes del Cártel de Sinaloa desataron una serie de balaceras y amenazaron a los efectivos que tenían retenido a Ovidio Guzmán, uno de los hijos de "El Chapo".
The Economist señala que si bien los tiroteos del narco son un lugar común desde 2006, y que el Estado mexicano “ha sufrido ya su cuota de humillaciones”, incluyendo la fuga de "El Chapo" de una prisión en 2015, nunca antes “el gobierno había cedido tan públicamente frente al crimen organizado”.
La publicación destaca que el despliegue de 30 elementos, sin asegurar el perímetro, ni tener apoyo aéreo, “sugiere que la operación en Culiacán estuvo pobremente planeada”.
Más allá de eso, The Economist detalla que lo ocurrido revela mucho de lo que piensa el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador sobre el flagelo de la violencia y cómo enfrentarla. “Su plan de combate depende de una mezcla de bienestar social para los jóvenes, medidas drásticas contra la corrupción y una nueva, fuerte, guardia nacional de 60 mil elementos”. Sin embargo, advierte, “eso no es suficiente”.
Recuerda que el Presidente pronosticó que con su estrategia el número de homicidios caería en seis meses. En cambio, alega la publicación, la tasa de homicidios sigue a la alza. “Que la carnicería en Sinaloa se produjera la misma semana que la masacre de 14 policías en el estado de Michoacán y el asesinato, por parte de soldados, de 14 presuntos criminales en el estado de Guerrero, ha disminuido las esperanzas de que hay avances”.