Washington.— Mientras el órgano de control interno del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) concluyó que no hubo irregularidades ni faltas por parte de las autoridades de inmigración en relación con las muertes de dos niños migrantes ocurridas en diciembre del año pasado, se informó que la administración de Donald Trump insiste en detener indefinidamente a los niños migrantes.

En el deceso de los menores indocumentados en 2018, los defensores de los inmigrantes pusieron en duda la atención médica que recibieron los menores.

La Oficina del Inspector General del DHS publicó dos comunicados sobre los decesos de Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin, quien falleció el 8 de diciembre, y de Felipe Gómez Alonzo, quien perdió la vida el 24 del mismo mes. “Seguimos tristes por la trágica pérdida de estas jóvenes vidas y seguimos reforzando las revisiones y la atención médica en instalaciones del DHS en la frontera”, dijo una portavoz del DHS. “Los hombres y mujeres de la Patrulla Fronteriza están comprometidos a tener los más altos estándares de profesionalismo y cuidado”.

Ambos niños llegaron a la frontera entre Estados Unidos y México acompañados de un padre de familia. Jakelin estaba en un grupo de gran tamaño que cruzó en un sitio extremadamente lejano y tardó horas en ser trasladada a un hospital. Unas siete horas más tarde, fue colocada en un autobús con dirección a la estación de la Patrulla Fronteriza más cercana, pero empezó a vomitar tiempo después. Al final del trayecto de dos horas había dejado de respirar.

Los legisladores y defensores de inmigrantes cuestionaron la atención que recibió y criticaron al entonces titular de la agencia de inmigración, Kevin McAleenan, por hablar de la muerte durante su testimonio ante una comisión del Congreso. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) informó que la pequeña parecía estar saludable al principio y que no había dado señales de algún problema.

La oficina dijo que había realizado una investigación detallada en coordinación con el médico forense local. La niña murió de una infección por estreptococo.

Felipe fue trasladado con su padre a un hospital de Alamogordo, Nuevo México, donde fue diagnosticado con un resfriado común. Antes de las tres de la tarde fue dado de alta, alrededor de 90 minutos después de que presentó una fiebre de 39.4 grados centígrados, informó la CBP en ese entonces. Le recetaron amoxicilina e ibuprofeno y fue llevado con su padre a un centro de detención de un retén en una carretera. Aproximadamente a las siete de la noche, los agentes ayudaron a limpiar el vómito del pequeño. Para las 10:00 de la noche, el niño “parecía letárgico y presentaba náuseas de nuevo”, informó la agencia. Los oficiales decidieron llevarlo al hospital. El menor falleció a las 11:48 de la noche.

Buscan arrestos prolongados de menores

Entretanto, se informó que la administración Trump presentó un escrito ante la corte de apelaciones del Noveno Circuito que busca desmantelar el Acuerdo Flores, que protege a menores indocumentados de detenciones prolongadas. El gobierno indicó que se ha registrado un “aumento masivo en la migración familiar” y hay “nuevas regulaciones” sobre la custodia y cuidado de menores en custodia de Inmigración, que garantizan, en su opinión su bienestar. Holly Cooper, directora asociada de la Clínica de Inmigración de la Universidad de California Davis (UC Davis), una de las abogadas relacionadas al caso, dijo que confían en que la corte de apelaciones mantenga las provisiones que defienden a los menores migrantes. Cooper indicó que esperan una decisión “muy pronto”, que llegará después de que ellos presenten su escrito ante el tribunal.

Tienen como límite para hacerlo el 21 de enero y contarán con el apoyo de la Academia Estadounidense de Pediatría, que dirá que la medida que quiere implantar el gobierno es “dañina para los niños y no debe implementarse”.

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