El cambio climático está amenazando las formas de vida de los pueblos indígenas del Ártico, señalaron este lunes en Roma algunos de sus representantes, que exigieron el reconocimiento de sus derechos para adaptarse a las nuevas condiciones.

A finales de este siglo, la subida media de las temperaturas oscilará entre los 2 y 4 grados centígrados en el mundo si no se toman las medidas necesarias para evitarlo, un aumento que los científicos calculan que podría ser el doble en el Ártico.

Con inviernos más suaves en esta región, cambiarán las especies de pescado que viajan a sus mares desde aguas más cálidas y marcharán otras en busca de ambientes más fríos.

Todo eso impactará en los medios de vida de los indígenas, que tradicionalmente han vivido “con flexibilidad”, adaptando sus conocimientos tradicionales a las condiciones extremas, apuntó Gunn-Britt Retter, jefa de la unidad ambiental del Consejo Sami de Noruega, en un seminario en la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Los samis, el único pueblo indígena de Europa, habitan la región de la Laponia con una población de unas 80 mil personas repartidas por Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, y suelen organizarse en torno a órganos consultivos como el Consejo o los Parlamentos Sami, que velan por mantener su cultura y defienden sus intereses.

“Necesitamos que se reconozcan nuestros derechos y participar más en las decisiones políticas para poder adaptarnos a los cambios en el ambiente”, aseguró Retter.

La representante urgió a los países a reducir las emisiones contaminantes, también responsables de la mayor acidificación de los océanos, que afecta de manera especial al Ártico, donde se espera la extinción de ciertas especies a nivel local.

El jefe del Comité legal del Parlamento Sami de Finlandia, Veikko Feodoroff, destacó que la pesca no es solo su principal actividad y base de su alimentación, sino también un modo de “conectar con la naturaleza, la lengua y la cultura”.

Frente a problemas como el cambio climático o la reducción del número de pescadores a raíz del aumento del turismo, la pesca industrial y ciertas regulaciones, Feodoroff subrayó la importancia de reconocer los conocimientos tradicionales, manejar sus propios recursos y rehabilitar los ecosistemas dañados.

Dalee Sambo, presidenta del Consejo Circumpolar Inuit, que representa a los esquimales del norte de América, Groenlandia y Rusia, instó a los gobiernos a firmar acuerdos como el firmado con el canadiense, que les otorga derechos sobre la tierra en una gran área protegida.

La especialista de la FAO Florence Poulain recordó que el Acuerdo de París de 2015 contra el cambio climático establece que la adaptación al clima debe guiarse por “la mejor ciencia disponible y los conocimientos tradicionales indígenas”.

Sugirió que los países tomen acciones para “evitar sorpresas y anticipar soluciones” diversificando las especies que se pueden pescar, desarrollando nuevas actividades económicas o restaurando las costas ante la subida del nivel del mar.

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