San José.- Fraguada en una hoguera de las viejas y profundas dificultades socioeconómicas, la violencia política sacude a MéxicoArgentinaBrasilColombiaVenezuelaNicaraguaHaitíEcuadorPerúParaguayCosta RicaChileGuatemalaBoliviaHondurasPanamáEl SalvadorRepública Dominicana Trinidad y Tobago en 2018 y 2019.

El recuento de los constantes disturbios antigubernamentales por convulsión sociopolítica en América Latina y el Caribe mostró que sólo en los últimos 22 meses al menos 19 de las 33 naciones latinoamericanas caribeñas —todas las de habla hispana, francesa y portuguesa— sufrieron violencia, aunque la represión también persistió en Cuba y sin exhibirse en cruentos conflictos callejeros.

Las protestas estallaron por un abultado menú de crisis y de malestar popular que abarca desde exigencias de democracialibertadrespeto al sufragio y lucha contra la corrupción en BoliviaHondurasVenezuelaHaití, Perú o Nicaragua, hasta defensa ambiental en El Salvador; reproches por asesinatos desapariciones de líderes sociales o de criminales en México, Colombia y Trinidad y Tobago. Además de inseguridad en Panamá violencia electoral social en Guatemala.

Los reclamos saldados con choques callejeros pasaron por el repudio al alza de tarifas del transporte y del combustible y a los ajustes tributarios y laborales en BrasilCosta Rica, Paraguay, Chile, Ecuador, Colombia y República Dominicana, y el rechazo en Uruguay al Grupo de los 20, bloque de países industrializados y emergentes, y en Argentina a reformar las pensiones y recortar al presupuesto nacional.

Ante la conmoción, y más allá de su postura ideológica de izquierda, derecha o centro, muchos de los gobiernos respondieron con un despliegue represivo de fuerzas militares, paramilitares, policiales y parapoliciales, lo que provocó la condena de organismos internacionales —estatales y no estatales— y de defensa de los derechos humanos.

Precedida por el octubre negro de 2019 en Ecuador y Chile, con miles de ciudadanos lanzados violentamente a las calles, la más reciente erupción se registró el lunes pasado en Bolivia, por el rechazo opositor al anuncio de que el presidente de la nación, Evo Morales, se reeligió para un cuarto mandato consecutivo en la primera ronda de los comicios efectuada el domingo anterior y la denuncia de que hubo fraude electoral.

“En varios países en América Latina y el Caribe hay un despertar de la participación ciudadana”, dijo el guatemalteco Nery Rodenas, director de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala: “Es expresar su cansancio con las políticas que se están ensañando contra las poblaciones. Es positivo. Lo negativo es la represión de algunos gobiernos aparentemente democráticos contra las protestas sociales que reivindican derechos justos. Es delicado”, explicó, consultado por EL UNIVERSAL.

El analista político y periodista peruano César Campos recordó a este diario que el ya fallecido escritor mexicano Carlos Fuentes (1928- 2012) dijo que la virtud de la Guerra Fría fue que el capitalismo descubrió “algunas aristas de sensibilidad social que requería en el sistema de libre mercado”, mientras que el comunismo adoptó “algunas políticas de apertura económica”.

“El modelo de libre mercado no tiene piloto automático, como ninguno, y ha debido ser revisado y ajustado en las inequidades que, por la competencia en el mercado, pueda acarrear. Esas inequidades generan descontento: hay insatisfacciones”, sentenció.

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