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La carne roja está en tela de juicio. Un estudio de la Universidad de Harvard publicado en el Diabetes Journal indica que el consumo de carne roja puede desarrollar diabetes: se tomó en cuenta la temperatura y se descubrió que el riesgo de padecerla está relacionada con la cocción de la carne asada y, en general, con las altas temperaturas.
Para la investigación del consumo frecuente de carne con la diabetes tipo 2 se tomaron en cuenta la carne roja, el pollo y el pescado. De ellos únicamente el pescado no está asociado con la diabetes tipo 2.
A pesar de que la investigación separó la carne roja y el pollo, la relación de las altas temperaturas o a fuego abierto se mantuvieron relacionadas con la Diabetes tipo 2 en aquellas personas adultas que consumen carne regularmente.
La investigación tomó como muestra cerca de 138 mil personas que fueron observadas desde 1996 hasta el 2013: 52.752 mujeres fueron estudiadas de 1996 a 2012 y otro grupo de mujeres del 2001 al 2013. Para el estudio también participaron 24.679 hombres de 1996 al 2012. Cada uno de los participantes no padecía diabetes, enfermedades cardiovasculares o cáncer al iniciar el estudio.
Los investigadores recomiendan que se reduzca el consumo de carne roja asada y reemplazarla por carne blanca, así como cuidar la cocción de la carne.